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Las maratonianas jornadas de negociación para desbloquear el cierre patronal de la NBA han desembocado en un principio de acuerdo. Una oferta por parte de los propietarios que, por primera vez, será votada por una Asamblea de jugadores a principios de la próxima semana. Es el principio del fin para los cientos de jugadores que esperan parados el inicio de la liga, pero también para los que están aprovechando el parón para jugar lejos de Estados Unidos, como Rudy Fernández y Serge Ibaka, que podrían disputar en Málaga su último partido con la camiseta blanca.
Aunque contractualmente no sería hasta que se firmara formalmente el acuerdo cuando quedarían desvinculados del Real Madrid, el sentido común (y alguna que otra llamada desde Dallas y Oklahoma City) aconsejaría el cese de la actividad de ambos en Europa para evitar una posible lesión.
Ambos han reconocido en las últimas horas que parece que el acuerdo es inminente y, aunque se encuentran felices y contentos en Madrid, que deberán volver a Estados Unidos en cuanto se firme la paz. El congoleño tiene un sitio asegurado en los Thunder, pero el balear esperará a ver cómo se mueve Dallas en el mercado para calibrar sus opciones y presionar por una posible salida.
El Real Madrid ya tiene un plan B activado, que consistiría en fichar un base de garantías para llevar a Llull al puesto de escolta y suplir así la baja de Rudy. En el caso de Ibaka, se esperaría al regreso de Velickovic, lesionado en la rodilla, y cuya reaparición llegaría a principios de diciembre.






