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Fue un parto fácil, en un hospital público madrileño. El bebé, que se adelantó unos días, pesó 2.400 kilos y se llamará Iván, como su padre. La madre y el niño se encuentran perfectamente. Y ahora, una semana antes de que Soraya Sáenz de Santamaría sea elegida diputada en la lista del PP por Madrid, en la que figura como número dos, ya solo le queda conocer en qué antedespacho colocará la cunita portátil del pequeño a partir de que, en vísperas de Navidad, Mariano Rajoy, su jefe, decida a que ministerio la envía cuando forme su primer Gobierno.
Ella tiene claro que al menos parte de su jornada laboral la pasará teniendo cerca al pequeño, de cinco semanas de edad cuando ese Ejecutivo tome posesión. «Me lo llevaré a donde quiera que tenga que ir yo. A donde vaya su madre, va él», decía a ABC pocas horas antes de sentir los primeros dolores del parto que puso abrupto fin a su campaña electoral.
Sin largos recorridos
La suya ha sido una campaña a medida para su estado, sin viajes de avión ni largos recorridos en automóvil, centrada en entrevistas con los medios de comunicación, mítines en Madrid y sus alrededores; como mucho, algún desplazamiento a ciudades conectadas por AVE con la capital de España.
Su ginecólogo le había comunicado que saldría de cuentas el 20-N meses antes de que Zapatero eligiera precisamente esa fecha para la convocatoria electoral. Cuando el presidente del Gobierno comunicó su decisión a Mariano Rajoy, este llamó a Soraya la primera, para comentarle en privado la coincidencia. Ella guardó el secreto y, por si acaso, decidió que votaría por correo.
No le ha hecho falta. El pasado jueves sintió las primeras señales del parto tras una entrevista en la radio y se dirigió al hospital, donde ingresó hacia las diez de la noche. Pocas horas después nació Iván, de parto natural. Puesto que ambos se encuentran bien, es de esperar que se trasladen a su domicilio a principios de la próxima semana.
El alumbramiento tuvo lugar en la Maternidad de la calle O'Donell, «porque confío plenamente en la sanidad pública madrileña y más aún por mis circunstancias: soy una madre primeriza a los 40 años y eso puede implicar alguna complicación», afirmaba Sáenz de Santamaría cuando charló con esta periodista 24 horas antes de ingresar en el hospital.
Anécdotas de embarazo
En la entrevista, la mujer a la que muchos en el PP sitúan con más papeletas que nadie para convertirse en vicepresidenta política en un Gobierno de Rajoy, contaba varias anécdotas de su embarazo: la inquietud del bebé en los mítines («me da patadas y, según estoy hablando, noto una pierna por aquí, un codo por allá») y, por el contrario, su tranquilidad en las sesiones del Parlamento mientras su madre ponía en aprietos al mismo Rubalcaba con sus preguntas en la sesión de control. «Mi familia me dice que en lugar de hacerle escuchar música clásica para que esté tranquilo, tendremos que ponerle el Canal Parlamentario», bromeaba.
