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La cresta más famosa del planeta dejó de ser noticia ante el vendaval azulgrana, tan superior el Barcelona que nadie habla hoy de Neymar. El nombre del verano, de aquí para allá sin que al final se moviera de su Santos del alma, pasó por Japón sin pena ni gloria, embobado ante lo que vio en el campo. «Hemos aprendido a jugar a fútbol. El Barça es el mejor jugando al fútbol», sentenció sin dobleces, repetidos sus piropos hacia un equipo que le hace ojitos. Neymar, que pese a todo dispuso de la oportunidad más clara de su equipo, sabe perder.
Su reflexión tuvo continuidad en Ganso, otra estrella apagada del que no se puede contar mucho, igual de insípido que el resto durante la final. «No aspiro a ser jugador del Barcelona, sólo a que me dejen jugar un partido con ellos», bromeó. «Lo de hoy —por ayer— es un aprendizaje para el futuro», añadió.
«Es la coronación final de un magnífico recorrido», afirmó Guardiola
«Estoy muy contento de esta actuación colectiva y en particular del nivel que hemos desplegado en la primera mitad. Es la coronación final de un magnífico recorrido después de haber ganado una competición tan difícil como es la Liga de Campeones. Hemos sido capaces de aislar a Neymar y en particular de impedirle combinar con Ganso. Es una verdadera satisfacción», añadió antes de dedicar el éxito a David Villa, Tito Vilanova y Afellay.
El vestuario fue una fiesta, otra más, y todas las frases contagian alegría. «Con estos jugadores, todo es más fácil», comentó Messi, mejor jugador de la final, goleador en los seis torneos en los que ha participado este curso. «El equipo está preparado para seguir ganando», afirmó Xavi. Y Sandro Rosell se volvió a animar: «Probablemente somos el mejor equipo de la historia del fútbol. El palmarés empieza a estar de acuerdo con la historia de este club», apuntó el presidente.
