Después de Thiago Alves y George Clooney, Martini quería un chico ídem normal para protagonizar su anuncio. Convocó un «casting» de besadores y encontró a Yuri Buzzi, italiano de nombre ruso porque, estando embarazada, su madre vio en la tele a Yuri Gagarin. Debió de ser en el décimo aniversario del fallecimiento del cosmonauta, que tuvo lugar en 1968, porque Yuri nació en 1978. El hombre, que no es tan normal, sino tirando a guapo de ojos verdes y encanto italiano, está ya un poco harto de besar mujeres: «Estoy buscando un periodo de vacaciones porque he tenido un periodo de beso intensivo». Y eso que quizá ha besado menos mujeres que Rajoy en el Congreso después de ser investido Presidente del Gobierno.
Con 150.000 euros como premio y la oportunidad de darse a conocer internacionalmente, Yuri Buzzi ha estado esta semana en España (en Madrid y Barcelona), donde ya se emite el nuevo anuncio, con una pantalla partida que presenta dos vidas, una apocada y otra echada para delante, porque «la suerte es una actitud» (luck is an attitude), eslogan de la campaña. Suena a camelo de autoayuda o a optimismo sin más, pero probablemente sea su actitud y desparpajo lo que le ha llevado a ser el elegido y al anuncio. La banda sonora es lo mejor, «Oh Johnny! Oh Johnny Oh!», la vieja canción de las hermanas Andrew interpretada por la holandesa Roos Jonker. En cualquier caso, no se pasa el dedo por los labios. «¿Pero eso qué es? ¿Está sucio el labio? Un hombre es más sensual, no tiene necesidad de hacer eso».
Yuri habla español porque tuvo una novia italo-colombiana. «El mejor modo de aprender una idioma», asegura una de las pocas personas que no se preocupan ahora por la crisis. Respecto a la situación italiana, dice que su país siempre tiene esperanza. «Lo que no tiene es el poder de cambiar las cosas. Es el problema general de la política». Le pregunto si Berlusconi es modelo de seductor. «Es uno que ha sido seducido de pequeño por el mundo, ha vivido un sueño y en un momento de su vida no ha entendido qué era el sueño y qué la realidad. Se portaba como un niño, y la política no está hecha para niños». Con estudios de interpretación y Derecho (solo dos años), Yuri, poeta, escritor de teatro y actor, sueña con una carrera cinematográfica internacional. Si puede elegir, le gustaría ser «un mix de Marcello Mastroianni y Massimo Troisi». En todo caso se considera un «actor corriente que va por su dirección». Pero con aspiraciones: «Puede que dentro de diez años hablemos y yo sea más grande». De momento, el pelo parado lo hace más alto. Pelazo pitinguescoque dice le peina la almohada. Desde luego, la mañana de la entrevista no se lo había lavado. En el hotel no había agua caliente y se había mojado por partes. «No me he duchado de una vez. Un poco por aquí, hasta aquí y se acabó». Hasta el cuello.
—Confiese, ¿antes bebía Cinzano?
—No tenía contrato. También me gusta el vino tinto.
