
Así es Tomy Rohde, el agricultor tuitero que ha logrado que su aceite sea deseado en toda España
El cordobés ha conseguido que las redes sociales se conviertan en el mejor escaparate para acercar el campo a los jóvenes
Si hay una asignatura pendiente para el sector agrario es la de la incorporación de los jóvenes, fundamentales para que la agricultura y la ganadería sigan siendo uno de los principales soportes de Andalucía y, sobre todo, del mundo rural.
A acercar el campo a este porcentaje de la población que lo ve como «algo de abuelos» está contribuyendo, y de qué manera, Fernando o, lo que es lo mismo, Tomy Rohde, el agricultor tuitero más famoso de Andalucía.
Desde hace aproximadamente un año, usa sus redes sociales para narrar, aderezada de ironías, juegos de palabras y muchas verdades, su vida diaria en La Carlota, en plena campiña cordobesa. «Cuando me hice la cuenta de Twitter, me empezó a seguir muchísima gente por una tontería que comenté, y me di cuenta de que interesaba saber cómo era mi día a día en el trabajo», comenta.
Aunque su intención no era, «ni mucho menos», convertirse en un «influencer», no puede negar que se ha convertido en uno, ya que tiene más de 22.700 seguidores en Twitter, y más de 4.000 en Instagram, que siguen sus peripecias diarias entre olivos.

De hecho, hace pocos días consiguió hacer trending topic #aceitedeolivadetom. La gente respondió en masa, ante la promesa de que «regalaría 5/10 L de aceite verde de la primera prensada» de la campaña.
Y es que, como él mismo ha detallado a Agrónoma, siempre ha vendido su aceituna a dos almazaras y este año, por primera vez, va a comercializar con una de ellas su aceite. «Si tuviese que definir mi aceite de oliva, sería más bien definir el trato a los durante 320 días, y el resto del tiempo al cosecharlo». «Obviamente, no he probado mejor aceite que el que sale de mi tierra», bromea.
Aparte del olivar, que produce tanto en sistema superintensivo como tradicional, Fernando también se encarga de cultivar cereales en la parte de tierra calma de su finca.
Precios dignos
De universitario en la ciudad a agricultor, este joven cordobés también aprovecha el altavoz de las redes para concienciar del trabajo que hay detrás de los productos que consumimos a diario, como el aceite de oliva, y de la necesidad de que se paguen precios justos por ellos.
«Hay que conocer los orígenes de todo, de la agricultura. Cuando vamos al supermercado, nos da igual de dónde viene cada cosa, cómo se ha cultivado y qué tratamientos o fertilizantes se han usado porque nos ahorramos 20 céntimos comprando algo de otros países en vez de comprar algo nuestro, de la tierra», ha llegado a declarar.
Una defensa de lo rural que, como él bien cuenta, «es dura unas veces y bonita otras, como todo», pero que tiene que apreciarse como se merece. «Desde que éramos pequeños nos decían ‘si no vales para estudiar, al campo’. Me lo tomo a broma, pero no deja de ser un estigma que la juventud se termina creyendo», asegura. Para «combatirlo», y ver que en el campo también hay vida, y mucha, solo hace falta asomarse a sus redes sociales.