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Una cosechadora recogiendo trigo / Agrónoma
Olivar y cereales

Preocupación en los campos de Córdoba por la sequía y las altas temperaturas

El hecho de que los veranos sean cada vez más largos también afecta a los cultivos, principalmente al secano, que supone en torno al 80 por ciento de la superficie agrícola en la provincia

19 abril 2021, 07:00

La falta de lluvias y unas temperaturas anormalmente altas está causando efectos en los cultivos, algunos de ellos con un elevado impacto en términos económicos y de empleo. Estos condicionantes meteorológicos también originan que los productores adopten distintas estrategias a la hora de gestionar sus explotaciones.

Un informe recientemente publicado por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible señala que «la subida de las temperaturas y la ausencia de humedad ha acelerado el desarrollo de los cereales de invierno, observándose ya en las principales zonas cerealistas el espigado completo y la floración e incluso en las parcelas más precoces el estado de grano lechoso».

El último informe de sequía de la CHG revela que desde el 1 de octubre de 2020 cuando comenzó el presente año hidrológico hasta el 31 de marzo, el nivel de precipitaciones registradas en la cuenca era un 21 por ciento inferior a la media histórica correspondiente al último cuarto de siglo.

Las lluvias, un 35% menores que la media de los últimos 30 años

Otro estudio de la Junta de Andalucía apunta que las lluvias producidas en ese periodo hasta el 10 de abril en Córdoba se encontraban en un 35 por ciento por debajo a la media de los últimos 30 años. Todo esto tiene su traslado a los embalses de la provincia, que permanecían la semana pasada al 33,9 por ciento de su capacidad, casi 6 puntos menos que un año antes y a la mitad de la media de la década precedente.

El presidente provincial de Asaja, Ignacio Fernández de Mesa, ha indicado a Agrónoma que la ausencia de frío y la sequía están trayendo consigo daños en algunos cultivos, «especialmente en el olivar». «Actualmente y a lo largo de las propias semanas el árbol estará en desarrollo de cara a la próxima campaña, por lo que son momentos muy sensibles en los que lo más adecuado sería que hubiera precipitaciones y las temperaturas fueran suaves», ha destacado el dirigente agrario.

El máximo responsable de la patronal agraria ha indicado que algunos agricultores, ante este escenario climatológico, están optando por adelantar las siembras, como ocurre por ejemplo con los cereales o con las leguminosas, «aunque eso no asegura que posteriormente esas plantaciones puedan sufrir daños».

Fernández de Mesa también ha señalado que la previsión de menos dotaciones de agua por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) para la próxima campaña de riego está provocando que muchos productores apuesten por cultivos con menos necesidades hídricas, siendo el olivar y el almendro algunos ejemplos, frente a otros con más requerimientos de agua, como es el caso del maíz.

Uso más eficiente del agua

«Tanto el secano como el regadío lo están pasando bastante mal». Así lo ha asegurado la secretaria provincial de COAG, Carmen Quintero, quien ha alertado de que hay determinados cultivos que se van a recoger próximamente, como es el caso del ajo o de la patata, que precisan más agua para que la cosecha no se vea demasiado mermada.

«En el caso del olivar también se observan daños por la escasez de precipitaciones, por lo que sería conveniente que estuviera lloviendo durante una semana de forma continua para que la situación cambiara», ha agregado esta dirigente agraria.

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Olivo / Agrónoma

El secretario general de la Federación de Regantes de Andalucía (Feragua), Pedro Parias, ha apuntado que «es evidente que hay una tendencia en los últimos años a periodo con menos lluvias y con temperaturas altas durante más tiempo».

Así, «ante este panorama, al agricultor no le ha quedado más remedio que ser más eficiente en el uso del agua mediante el uso de la tecnología apostando por cultivos que tienen menos necesidades hídricas como son los cereales o el girasol en detrimento de otros que sí precisan más, como ocurre con el maíz o los productos hortícolas», ha dicho Parias.

Variabilidad meteorológica

El análisis sobre estos efectos climatológicos es objeto de análisis por parte de la vertiente más académica. El catedrático de Economía Agraria de la Universidad de Córdoba (UCO), Julio Berbel, no ha considerado que el nivel de pluviometría haya descendido en los últimos 30 años en términos absolutos, pero sí ha defendido que en este periodo ha habido más «variabilidad» en cuanto que se han alternado más épocas de sequía con otras más húmedas, «algo que tiene un impacto muy negativo en las producciones de las plantaciones».

En su opinión, el hecho de que los veranos sean cada vez más largos también afecta a los cultivos, principalmente al secano, «que supone en torno al 80 por ciento de la superficie agrícola en Córdoba».

Berbel comparte los argumentos de la Mesa del Regadío, que lleva tres años reivindicando a la CHG más agua para incrementar el área de regadío en la provincia, aunque ha señalado que con la situación actual de los embalses es difícil que esas peticiones se puedan cumplir.

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