cereales-sequia-recurso
Cereales afectados por la sequía / Agrónoma
Alerta en el campo

Los pronósticos de lluvia se esfuman y el asurado amenaza ya a los cereales

Las explotaciones de cereal entran en una fase crítica y, si en diez días no llueve, se temen daños irreversibles que mermarán la próxima cosecha

19 abril 2021, 07:00

Había cierta expectación en el campo con que las lluvias hicieran acto de presencia a partir del jueves pasado, pero los pronósticos, al igual que las nubes, se fueron disipando y el agua caída ha sido tan poca que «sólo ha servido para aplacar algo de polvo», lamenta el técnico de cultivos herbáceos de Asaja Sevilla, Fernando Rodríguez.

Las recientes lluvias no han alcanzado siquiera una media de diez litros por metro cuadrado en la provincia de Sevilla, que ha sufrido el mes de marzo más seco de este siglo. Además, las precipitaciones acumuladas a lo largo del año hidrológico en la Cuenca del Guadalquivir son un 21% inferior a la media histórica, por lo que las explotaciones de cereal «están al límite».

El arranque de la campaña fue positivo tras las siembras y los cereales de invierno se han desarrollado en el campo de manera correcta. Los pronósticos a futuro eran buenos, pues además los precios en origen que fijaban las lonjas estaban acompañando, por lo que los agricultores no han escatimado en gastos y se han volcado con tratamientos fitosanitarios, herbicidas y de abonado. «Pero la primavera ha sido prácticamente seca, con días de vientos asolanados de levante y una subida del termómetro, lo que ha propiciado que el cereal se esté viniendo abajo, esté amarilleando y asurándose, sobre todo los cereales más tardíos», apunta Fernando Rodríguez.

pac
Cultivo de trigo en Andalucía / Agrónoma

En este sentido añade que el cultivo está ahora «en un momento crucial», especialmente «el cereal de las primeras siembras, el más adelantado, que entra en un estado fenológico de formación del fruto y con un grano lechoso llegando a pastoso».

Así, el déficit hídrico acompañado de altas temperaturas «puede provocar mermas importantes tanto de rendimiento por hectárea como de la calidad del cereal, y si en los próximos diez días no llueve en condiciones podríamos hablar de daños irreversibles».

Sin previsión de agua

El técnico de Asaja Sevilla estima que sería necesario que lloviera, al menos, «entre 30-40 litros por metro cuadrado» para evitar unas pérdidas en la producción que podría alcanzar «entre el 10-20% de la cosecha sobre las estimaciones iniciales». Pero, «lamentablemente, las previsiones para estos días no son halagüeñas, pues dan cero probabilidad de lluvia para el inicio de esta semana».

Cabe recordar que Sevilla es la provincia andaluza productiva líder tanto en trigo duro como en trigo blando, reafirmándose en el campo andaluz la tendencia de los últimos años, en donde la superficie de trigo duro va perdiendo protagonismo (un 26% menos desde 2018) y el trigo harinero va ganando importancia, creciendo un 38% en los dos últimos años, ya que los precios del trigo blando se han mantenido en buenos niveles y los costes productivos son menores.

La situación a pie de campo es «prácticamente igual en todas las zonas productoras y en los distintos cultivos del cereal», por lo que «la preocupación es máxima entre los agricultores», recalca el técnico. A este respecto, señala que en las explotaciones, visualmente, ya se pueden apreciar los efectos de esta sequía.

Campo afectado por la falta de agua / Agrónoma

Y es que en la campiña de Sevilla «predominan los vertisoles, también llamadas tierras de bujeo, que se caracterizan porque tienen arcillas expansivas y en cuando hay un déficit hídrico acusado se agrietan. Hoy ya podemos ver estas grietas en las distintas parcelas», subraya Fernando Rodríguez.

Otros cultivos

La reserva hidráulica de la cuenca del Guadalquivir se sitúa al 42%, con 3.414 hectómetros cúbicos (hm³) almacenados, 505 hm³ menos que hace un año. De hecho, según ha anunciado la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, las escasas precipitaciones registradas durante el mes de marzo han motivado que en todas las provincias de la demarcación, la precipitación acumulada se sitúe «por debajo de la media de los últimos 25 años».

Por tanto, se prevé que las dotaciones de riego en esta zona regable sean del entorno de 2.500-3.000 metros cúbicos por hectárea, unas previsiones muy bajas y que han propiciado cambios en las decisiones de siembras de los cultivos herbáceos.

Así, muchos agricultores se han decantado por girasol en detrimento del maíz, por lo que la superficie del maíz estará «por debajo de las 3.000 hectáreas en la provincia de Sevilla», según cálculos de la patronal agraria.

La razón es que el girasol tiene una raíz pivotante y puede explorar horizontes más profundos de suelo y aprovechar mejor la humedad de la tierra. No obstante, «los agricultores, para garantizar la mayor viabilidad del cultivo oleaginoso, si tienen posibilidad, le están dando algún riego, y esto lo que supone es que haya costes extras y, por tanto, que se disminuyen los márgenes de beneficios».

Girasol
Cultivo de girasol / Agrónoma

En el caso del olivar, la primavera también es determinante y el cultivo necesita acumular agua para tener reservas para la floración y el cuaje de los frutos que determinarán la próxima cosecha de aceitunas. Por ello, ante un mes de marzo tan seco, los olivareros esperan que las lluvias hagan acto de presencia a finales de abril o en el mes de mayo, acogiéndose al refrán que dice «cuando marzo mayea, mayo marcea».

La sequía está castigando a todos los cultivos de la provincia en general, y está aún por ver cómo afectará a las siembras de algodón, en plena campaña actualmente. No obstante, las zonas ganaderas, como la Sierra Norte de Sevilla, también están resultando perjudicadas por la ausencia de precipitaciones.

La situación de los pastos está ocasionando también un gran quebradero de cabeza a los ganaderos de extensivo, que verán incrementados los costes de alimentación del ganado si definitivamente no hay un desarrollo adecuado del alimento natural de los animales, la hierba.

Ámbitos