La Barra de Inchausti reabre y fusiona en un nuevo comedor la carta de La Moneda

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Septiembre llega cargado de novedades para el sector de la hostelería, con numerosos establecimientos que han aprovechado para hacer cambios y mejoras durante estos meses. En el caso de La Barra de Inchausti, la noticia llega por partida doble, puesto que además de regresar de un largo letargo (apenas abrieron unos meses tras el confinamiento y enseguida volvieron a cerrar), ahora vuelve con una importante novedad: han incorporado un nuevo salón al establecimiento quedándose con el local vecino, que han anexionado a La Barra de Inchausti y comunica ambos espacios, aunque también tiene acceso propio desde la calle Tomás de Ibarra.

Fotos: Vanessa Gómez

Jorge, Conchi e Isidro Inchausti

Las novedades no concluyen ahí, puesto que los hermanos Inchausti (Conchi, Jorge e Isidro) han decidido cerrar de momento La Moneda original, ubicada junto al Arco del Postigo, y trasladar su esencia a este nuevo salón, donde el cliente podrá encontrar la carta de siempre de este restaurante con raíces sanluqueñas.

Nueva etapa de La Moneda

En una luminosa estancia coronada por un generoso lienzo de la antigua muralla de Sevilla, han trasladado la filosofía culinaria que José Luis Inchausti trajo a la capital andaluza en 1991. Guisos marineros, pescados frescos de las principales lonjas cercanas y recetas que están cayendo en desuso, como raya al pimentón, marmitacos, estofados de pescado… o su famosa sopa de galeras.

Corvina a la roteña, atún encebollado o cazón en tomate son otras de sus recetas más tradicionales, junto a sus arroces marineros.

El nuevo espacio, aunque ha adoptado el nombre de La Barra de Inchausti, recupera la esencia de La Moneda en su integridad. Allí han llevado la bodega con más de 60 referencias (la mayoría de ellas del Marco de Jerez y Sanlúcar).

La estancia ha sido diseñada por el estudio Persevera Producciones y tiene capacidad para unos 45 comensales, con un particular cuidado por la insonorización para evitar ruidos. Las mesas están vestidas con mantel y el mobiliario es de corte clásico, aunque destaca una de las mesas con bancada y sillas en tonos anaranjados.

Cuerdas marineras decoran toda la estancia, donde abundan los espejos para jugar con la profundidad y se han alicatado columnas con el mismo azulejo azul y blanco que el de La Barra de Inchausti.

En una de las paredes cuelgan las conocidas chaquetillas de chefs con estrella Michelin que tenían en el local original, prendas pertenecientes a Dani García, los hermanos Roca, Ángel León y Luis Andoni Aduriz.

A pocos metros, La Barra de Inchausti ha regresado con ganas, ofreciendo un ambiente más informal para disfrutar del mar de forma distendida.

Freiduría y marisquería de corte actual donde además de buenos pescados se pueden tomar recetas elaboradas que evocan al mar. Entre las novedades que Jorge y Conchi han traído a su cocina se encuentran ensaladilla de centollo, carpaccio de gamba roja con foie y chicharrones de papada.

Aunque son dos conceptos distintos, uno de restaurante y otro de barra informal, la cocina de ambos está llamada a fusionarse y en mesa se podrán pedir recetas de la barra y viceversa.

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