El autor del secuestro del avión en 1998 acepta cumplir pena en un psiquiátrico
CRISTINA AGUILAR/ABCSEVILLA. Francisco Javier Gómez González, el «Mesías» como él se identidicó, autor del secuestro de un avión que partió de Sevilla a Barcelona el 23 de junio de 1998, y que fue
ARCHIVO ABC Momentos en los que la ex alcaldesa, Soledad Becerril, salía del avión secuestrado
CRISTINA AGUILAR/ABC
SEVILLA. Francisco Javier Gómez González, el «Mesías» como él se identidicó, autor del secuestro de un avión que partió de Sevilla a Barcelona el 23 de junio de 1998, y que fue desviado al aeropuerto de Valencia, aceptó ayer cumplir una pena de tratamiento psiquiátrico por un tiempo máximo de veinte años y un día. En el juicio, celebrado ayer en la Sección Tercera de la Audiencia de Valencia, el secuestrador, que padece «trastorno psicótico con ideas delirantes de contenido místico-religioso», reconoció los hechos y aceptó pagar una multa de 200 euros para cada afectados que reclamó una indemnización.
Francisco Javier se entregaba al jefe superior de Policía de Valencia después de que durante cuatro horas hubiera mantenido secuestrado el vuelo de Iberia 1121 (Sevilla-Barcelona) con la expresión «¡Se me han cruzado los cables!».
Todo comenzó a las 7:35 horas cuando el boeing 727 despegó del aeropuerto de San Pablo de Sevilla, con 123 pasajeros, en los que se encontraba la ex alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril, y 7 tripulantes de a bordo. Durante los primeros minutos de vuelo todo transcurrió con normalidad, pero cincuenta minutos después el comandante de la nave se ponía en contacto con la torre de control del aeropuerto valenciano de Manises para comunicar que un «pirata aéreo» había secuestrado el avión y que aterrizaran en breve. De inmediato se formó un espectacular dispositivo de seguridad.
El secuestrador advirtió estar acompañado de dos personas más, esgrimiendo un mando a distancia amenazando con volar el avión si no se cumplían sus exigencias. Éstas eran el repostaje del avión y que tomara rumbo en un principio a Atenas, aunque después decidió marchar a Tel Aviv. Eso hizo sospechar a la policía de que se trataba de una persona endeble mentalmente. Asimismo, llamó la atención de que dejara que los pasajeros llamaran por teléfono a sus familiares y que liberara, tras conversar con el negociador de la policía, a 15 niños y 3 adultos.
Cuando los investigadores descubrieron la identidad del hombre, supieron que se encontraba en tratamiento psiquiátrico, por lo tomaron contacto con el psiquiatra de Francisco Javier para que hablara con él y cambiara su actitud. Así fue, después de tres minutos de charla, alrededor de las 12 del mediodía se entregaba a la policía, y posteriormente llevado al juzgado de guardia de Valencia.
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