El Baratillo dice «sí» a las hermanas nazarenas
Una menos. La Hermandad de El Baratillo abandonó ayer la lista de cofradías que aún no permiten la salida de sus hermanas vestidas de nazarenas, después de someter a votación en cabildo extraordinario
El ex hermano mayor, Joaquín Moeckel, con hermanas de la cofradía tras el cabildo./MILLÁN HERCE
Una menos. La Hermandad de El Baratillo abandonó ayer la lista de cofradías que aún no permiten la salida de sus hermanas vestidas de nazarenas, después de someter a votación en cabildo extraordinario esta posibilidad.
El resultado se supo en torno a las 21 horas, y reflejaba un triunfo arrollador del «sí», con 335 votos a favor por sólo 120 en contra, de un total de 463 sufragios contabilizados.
El veredicto se esperaba con especial interés en toda la Sevilla cofrade, ya que, recientemente, otra hermandad, El Valle, sometió a votación esta posibilidad, con el mismo resultado aunque con un menor margen de diferencia, ya que mientras la cofradía de La Anunciación lo aprobó por una diferencia de 35 votos, la del Arenal ha certificado esta medida con casi el triple de votos afirmativos que negativos.
El hecho de que El Baratillo permita a sus hermanas que vistan de nazarenas acompañando a sus titulares hará que las Reglas de la Hermandad les sean devueltas, ya que desde el año 1998 el Palacio Arzobispal las mantenía en suspenso hasta que no se «igualara» en derechos al hombre y la mujer.
A este respecto se refirió Joaquín Moeckel, ex hermano mayor de la cofradía, quien declaró a ABC que, en contra de lo que se pudiera pensar -se había postulado por votar negativamente-, «me alegro de que haya salido por fin el «sí», ya que de esta manera por fin nos devolverán las Reglas y si no esto habría sido un cachondeo y duraría hasta que por fin votásemos lo que el arzobispo quería». «Le hemos estado haciendo el juego al arzobispo -continuó-, y aquí no se ha votado «sí» o «no» a la mujer, sino «sí» o «no» a plegarse a la autoridad», aseguraba el abogado Joaquín Moeckel, quien se quejaba de la «presión» a la que había estado sometida la hermandad desde 1998: «Nos tendrían que haber devuelto las Normas e invitarnos a reflexionar, y no al revés como han hecho, que era una forma de decirnos que no nos las devolverían hasta que hiciéramos lo que ellos querían desde el principio».
Alegría e indiferencia tras el resultado
Los hermanos que acudieron al cabildo salían del templo con diversidad de opiniones, pero sin que aflorara el disgusto por el «sí». Así, una mujer declaraba que «por fin, después de 30 años, podré vestir de nazarena. Me pido diputada de último tramo de Virgen». Por otro lado, un hombre afirmaba que no entendía por qué se le daba tanta publicidad a estas cuestiones, «cuando a diario vemos que se quiere quitar la Religión como asignatura, se retiran belenes de escuelas...»
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