La cónsul recuerda que los rumanos «tienen derecho a estar aquí»

La cónsul de Rumanía en Andalucía, Extremadura y Murcia, Mónica Mihaela Stirbu, pidió ayer a los partidos políticos del Ayuntamiento de Sevilla que no hagan un uso político del colectivo rumano sino

La cónsul de Rumanía, Mónica Mihaela Stirbul. ROCÍO RUZ

La cónsul de Rumanía en Andalucía, Extremadura y Murcia, Mónica Mihaela Stirbu, pidió ayer a los partidos políticos del Ayuntamiento de Sevilla que no hagan un uso político del colectivo rumano sino que se dediquen a buscar soluciones para erradicar el problema del chabolismo, generado por parte de rumanos de origen gitano con costumbres nómadas. La petición de la cónsul rumana coincide con el anuncio de PSOE y PP de que en el tema del chabolismo «irán de la mano» y no convertirán el problema en un «arma arrojadiza».

En una entrevista concedida a Europa Press, Stirbu, que aseguró conocer «a la perfección» cómo es el mundo de las luchas políticas entre gobierno y oposición, gracias a sus 17 años de experiencia en política en Rumanía, indicó que el Consulado «no quiere estar entremedio de estas luchas, ni mucho menos entrar en ellas».

En esta línea, subrayó que cuando se constituya en septiembre la mesa de trabajo en la que se aborde la problemática del chabolismo por parte de colectivos rumanos, «pediré a ambos partidos que se sienten en ella, junto con otras instituciones sociales».

Sin medidas, irá a más

No obstante, añadió que «el número de rumanos en esta situación en la capital obliga a buscar de inmediato soluciones al respecto». «Hoy gobierna un partido y mañana otro, nunca es seguro que se vaya a ganar las elecciones, mientras lo que es seguro que si no se toman medidas el problema seguirá vivo e incluso irá a más», apostilló la diplomática rumana, que insistió en que la mayor parte de los rumanos que vienen a la ciudad lo hacen «temporalmente».

En este sentido, la diplomática rumana subrayó que los rumanos envían «cada día» dinero a sus casas y que cuando, en un plazo de cuatro o cinco años, ahorren para construirse una casa o reformar sus viviendas «se marcharán». No obstante, la cónsul indicó que el hecho de ser ciudadanos europeos les da derecho a estar legalmente en este país, por lo que «son ellos los que deciden cuándo regresar».

Sirbu explicó que acudió personalmente a los asentamientos de rumanos gitanos en el Los Perdigones y en La Barqueta para constatar de primera mano «si estas personas disponían de unas condiciones mínimas para criar a sus hijos». Allí, según apuntó, les explicó que el consulado podía ayudarles a regresar a su país si lo deseaban, un ofrecimiento que éstos rechazaron con un «señora cónsul, éste no es su problema». «Ante esto no podemos hacer nada, nuestro poder es limitado», añadió.

Para hacer frente a esta situación, la cónsul rumana dijo que «la palabra mágica es la educación». Por este motivo, consideró que las primeras medidas que se pongan en marcha deben ir encaminadas a escolarizar a los hijos de estas personas y a que en los colegios se pongan en marcha programas específicos para favorecer su integración.

Mónica Mihaela Stirbul aseguró que «va a apoyar al colectivo nómada y que, aunque el problema no se solucione de la noche a la mañana, pondremos todos los medios para lograr integrarlos en la sociedad».

La cónsul de Rumanía precisó que en Sevilla la población rumana ronda las 6. 800 personas. Entre ellos, según precisó en su día a ABC, hay quienes tienen nacionalidad española, otros que son de etnia gitana pero de costumbres tradicionales y otros que son nómadas.

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