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Gran animación en Sicab tras la jornada inaugural

AMALIA F.LÉRIDASEVILLA. Si noviembre tiene algo bonito en Sevilla es que se celebra Sicab.No sólo los aficionados al espectacular animal que protagoniza la cita. Todos, todas, niños, mayores, pobres

El interés que genera el mundo del caballo en Sevilla lo demuestra la imagen superior FOTOS: J. M. SERANO La elegancia del caballo en el salto

AMALIA F.LÉRIDA

SEVILLA. Si noviembre tiene algo bonito en Sevilla es que se celebra Sicab.

No sólo los aficionados al espectacular animal que protagoniza la cita. Todos, todas, niños, mayores, pobres, ricos... en Sicab hay para todos los gustos, bolsillos y preferencias. Sicab es una cita para no perderse en la que se puede comprar, beber, hablar, hacer amigos, contemplar espectáculos y aprender mucho.

Tantos carruajes juntos es toda una alegría para la vista: peter, lando, araña, jardinera, carruaje de maratón, sociable, milord, carretela, gran break...Y no digamos los sementales, algunos de varios millones de las antiguas pesetas, que ayer participaban en el concurso de morfología.

Potrillo

Los había, de varias capas: tordos, castaños, alazanos y negros, algunos sin divisas y otros calzados: unisalvo, dosalvo, trisalvo, cuatralvo.

Por los pabellones se alternaban, como ya es tradicional, tiendas de todo tipo con las pistas de concursos, los corrales para yeguas - algunas con su rastra o potrillo recién nacido- y boxes para caballos, parada obligada de los visitantes, a pesar del fuerte pero inevitable olor a zotal.

No menos interés despertaban los bares para reponer energía y las tiendas con los más variados géneros, en su mayoría del mundo del caballo porque otras, las menos, desde luego, son ajenas a la estética y significado de esa cultura.

Más técnica

Este detalle llamó la atención de muchos visitantes, que no lograban acertar qué tiene que ver un expositor con preciosas guarniciones húngaras, o inglesas o caleseras con bufandas de lana de colores, o collares de plástico a tres euros.

El ganadero Mariano Mejías Ramírez, que tiene también un centro ecuestre en Constantina, donde el caballo es la terapia más eficaz para curar o paliar ciertas minusvalías -«el padre de un niño autista me dijo que daba todo el oro del mundo por el caballo porque no había visto a su hijo reirse así nunca»- se quejaba ayer de la existencia de mercancías en los puestos que «no pegan aquí».

«Y al espectáculo habría que darle otro aire distinto -comentó- porque debe haber más técnica y menos malabarismo. Sicab está muy bien pero hay que corregir ciertas cosas y desde luego, estoy de acuerdo con lo que he leído en la Prensa de que esto se está quedando ya pequeño».

De momento aún hay espacio para ver y comprar barbours, (de hasta 25 euros) chaquetas acolchadas, camisas (10 euros) bolsos y botos de Valverde, de Ubrique; trajes de flamenca, azulejos, cuadros, capotes, guarnicionería de Armenta, bastones, antigüedades, monturas de Bélgica, de Francia, esculturas de bronce, sillones de relax, bolsos dorados y plateados, collares, pendientes, monederos y pitilleras, a su precio, rebajadas...

Y si tiene tiempo, quédese a ver el espectáculo de las ocho de la noche y cierre la jornada con unas tapas en ambiente campero mientras se despeja el tráfico.

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