Servicios mínimos en el Hotel Alcora por la huelga de sus trabajadores
AMPARO BACA PÁEZSAN JUAN DE AZNALFARACHE. Los trabajadores del Hotel Alcora realizaron ayer una huelga y se manifestaron a las puertas del edificio en señal de protesta por los 26 despidos realizados
AMPARO BACA PÁEZ
SAN JUAN DE AZNALFARACHE. Los trabajadores del Hotel Alcora realizaron ayer una huelga y se manifestaron a las puertas del edificio en señal de protesta por los 26 despidos realizados por la nueva directiva, después de que la propiedad pasara del grupo empresarial Villar Mir al conjunto inmobiliario Tremon a través de TRH Hoteles. Los 17 primeros despidos corresponden a trabajadores de diversas categorías que disfrutaban de contratos eventuales pero que llevaban hasta ocho y nueve años de relación laboral. Los restantes han sido de empleados indefinidos. CC.OO. considera que se trata de un «proyecto claro de exterminio de la plantilla fija para apostar por el empleo basura y las empresas de trabajo temporal. Esto ha venido en forma de despidos masivos sin contemplaciones de ningún tipo». Desde las once de la noche del viernes y durante 24 horas, se suspendió el servicio en el hotel y los trabajadores se manifestaron de forma ruidosa a las puertas del mismo, donde acudieron con pancartas, a la vez que realizaron pintadas.
«Es una huelga sin error de cifras porque se está cubriendo el servicio mínimo pactado, un recepcionista y un empleado de mantenimiento. Todo está suspendido, bares, cafetería, servicio de habitaciones, etc. Muchos clientes han puesto reclamaciones y han abandonado el hotel antes de la fecha prevista», explican desde el sindicato. De hecho, los clientes que salían del hotel se marchaban descontentos: «Hemos pagado por un servicio que no hemos recibido. Y todo el día con mucho ruido». Los asistentes a unas jornadas en los salones del hotel tuvieron que servirse el café.
Para los trabajadores, la solución «inteligente» a este problema pasa por que «definan el proyecto hotelero que apueste por la calidad, lo que supondrá el mantenimiento del empleo y seguro que se encuentran con los trabajadores». Sin embargo, aseguran que si se opta por una salida visceral, su postura se irá radicalizando.
El sindicato asegura que, para saber el futuro del hotel y de sus trabajadores, una prueba de fuego puede llegar en verano, fecha en la que estaba prevista una inversión de 167 millones de euros, aprobada por la anterior directiva, para adecuar los servicios del hotel y poder atender las nuevas demandas. «Si no asumieran esta inversión sería una prueba indiscutible», afirman, explicando que dentro de esta compra puede haber una operación inmobiliaria importante, puesto que aseguran que también han adquirido los terrenos aledaños al hotel. «El tiempo definirá si estamos ante un proyecto de especulación no ligado al futuro negocio hotelero, pero sí inmobiliario».
Por su parte, desde la dirección del hotel no quisieron hacer declaraciones ayer, «por respeto a una huelga que está autorizada», posponiéndolo para la semana que viene.
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