Una ficción «de libro»
«El tiempo entre costuras», técnicamente muy cuidada, se mantiene hasta el final fiel a la novela que la inspiró
«Cuando una modista hace bien su trabajo lo remata», sentencia Sira Quiroga en el último capítulo. Y a juzgar por los datos de las audiencias, con más de 5 millones y medio de seguidores, Antena 3 también ha rematado con nota el final de su ficción estrella de la temporada, que ha promocionado durante toda la semana en prácticamente todos los programas posibles de su parrilla, desde «El Hormiguero» hasta el programa de Arguiñano.
A pesar de la tremenda promoción, «El tiempo entre costuras» se ha ganado gran parte de su éxito. En primer lugar, ha conseguido no defraudar a los fans del libro (algo difícil en una adaptación a la pequeña pantalla), ya que ha mantenido intacta la esencia del original hasta el final, en el que incluso los diálogos que cierran el capítulo entre Sira y Marcus son literalmente como en la novela de María Dueñas.
Técnicamente muy bien hecha (y muy bien interpretada por Adriana Ugarte), se nota que es una serie de gran presupuesto. No solo en los decorados y escenarios naturales, el vestuario (deslumbrante, fiel reflejo de la evolución de Sira) y el maquillaje, sino también en la realización, más cinematográfica que televisiva, en la que juega con los encuadres y la profundidad de campo dotándolos de significado. De hecho, gran parte de su equipo técnico tiene en su poder varios Goya o ha estado nominado para conseguir la estatuilla .
Sin embargo, el feliz desenlace del libro, queda algo descafeinado en la pequeña pantalla , donde el suspense quita ritmo a las escenas de acción. A muchos les hubiera gustado un final más espectacular para la magnífica historia de amor de Sira y Marcus, pero hasta en eso, «El tiempo entre costuras» ha sido, sobre todo, una serie elegante.
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