—¿Cuál será el destino del Galeón Andalucía tras su paso por la Exposición de Shanghai?

—De momento la idea que estamos manejando, es que viaje a la Feria Internacional de Corea, después a Japón, y luego a Filipinas. Pero todavía no tenemos decidido cuando volveremos. Aunque nos gustaría colaborar en la Bicentenario de Cádiz 1812, pero eso depende de la Junta de Andalucía.

— El aspecto científico y de la innovación es otra de las fuertes apuestas de la Fundación...

—El Galeón representa una época en la que Sevilla era el centro de la navegación. Sabía más que nadie de la mar, como EE.UU lo sabe hoy todo sobre el espacio. Y eso se consiguió gracias a la colaboración de las prácticas de los navegantes con la teoría. Esa conjunción entre saber científico y saber práctico es lo que queremos que ocurra en el Galeón Andalucía, y por eso vamos a colaborar con nueve Universidades andaluzas investigandoen el área de la biología, la ingeniería náutica o las tecnologías de comunicación.

—¿La agenda de eventos está cerrada o se prevén sorpresas?

—No, no está cerrada. Por ejemplo, dentro de la ruta histórica Derroteros del Guadalquivir, estamos haciendo un itinerario que aglutine los cantes y bailes de la región, desde Cazorla hasta Sevilla y que está haciendo José de la Tomasa. lo mismo haremos con el barroco y el arte arquitectónico andaluz, y con la pintura. Es tal el acervo cultural de Andalucía, que hay que ponerlo en valor para autoestimarnos y para darlo a conocer a las nuevas generaciones. También queremos dar continuidad al Archivo de Indias recopilando los legajos y documentos navales olvidados en diferentes partes de España, y hacer un gran museo naval. Así como un un monumento conmemorativo que englobe a todos los españoles que han descubierto algo, desde Juan Sebastián Elcano hasta Severo Ochoa.

—Con el traspaso de las competencias de gestión del Guadalquivir, la Junta ha formalizado su presencia en el proyecto. ¿Espera otros apoyos públicos y privados?

—Estamos ahora mismo sometidos a la situación anómala de crisis económica que afecta muchísimo a los patrocinios comerciales. Pero esperamos que con la ayuda de la Junta, que la estamos teniendo, sobre todo de la Consejería de Empleo, se cumplan las expectativas del proyecto

—¿Guadalquivir, Río de Historia significará también una oportunidad de empleo y formación?

—Sí. Con la situación de crisis, empezamos a investigar donde podíamos ayudar a la consecución de empleo, y encontramos un oficio, que a nosotros nos compite y que casi ha desaparecido, el de carpintero de ribera. Para ello hemos creado una escuela taller que enseña como debe tratarse la madera desde el punto de vista náutico. y vamos a crear dos escuelas de oficio, una en Sevilla y otra en Punta Umbría, además de un plan de enseñanza no retribuida.

—Un proyecto único que requiere una gran inversión en estos momentos. ¿Cómo cree que calará en la sociedad andaluza?

—En la Fundación tenemos un lema, si queremos lo hacemos, bajo el que serepresentan las virtudes de la Nao Victoria: la valentía de asumir riesgos compaginando lo histórico con lo científico. En mi opinión, la situación de crisis que hoy tenemos es porque se han forjado grandes fortunas sin sacrificio ni riesgo, y eso ha llevado en parte al paro y a la situación de desconfianza.Se ha hechode la riqueza una ética. Desde la Fundación queremos mandar ese mensaje de esfuerzo, dedicación y trabajo, porque no hay beneficio si no hay riesgo. Creo que si esta línea argumental es capaz de calar en la sociedad andaluza y española, contribuiría mucho a que encontraramos una línea de salida.