Declaraciones políticas al margen en clave preelectoral ya que el Gobierno irlandés tiene una cita con unas urnas en breve, los hechos son que este jueves llegan a Dublín los representantes de la «troika» europea (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) para concretar los detalles de cómo se hará el rescate del sector bancario del país, en serias dificultades tras la explosión de la burbuja inmobiliaria en el hasta ahora «tigre célta».
El Gobierno de Dublín se ha comprometido a recibir a esta «troika» y a estudiar con ellos todos los detalles del rescate pese a que oficialmente no lo ha aceptado aún aunque, en términos prácticos, casi lo haya hecho al aceptar la visita y comprometerse con el Eurogrupo a alcanzar un acuerdo en días.
Todo apunta que, visto el nivel de presión que se ha ejercido sobre el Gobierno de Dublín en los últimos días desde todas las instancias europeas incluido el propio Banco Central Europeo y la mayoría de las capitales, habrá una solución antes de que acabe el mes.
El ministro irlandés de Finanzas, probablemente el hombre «más buscado» desde ayer en Bruselas, ha repetido el discurso oficial de que no se ha pedido oficialmente la ayuda aunque «se han iniciado las negociaciones para ver cuáles son exactamente las opciones, negociaciones que tienen el carácter de urgentes».
Los ministros de Economía del Eurogrupo ayer lunes y hoy del conjunto de la Unión Europea, junto con el Fondo Monetario Internacional, se han mostrado abiertos a dar los préstamos necesarios a Irlanda para acabar con la inestabilidad de los mercados de deuda europeos, y sobre todo de los países más débiles como es el caso de Portugal, España e Italia.
El ministro de Economía belga y presidente de turno del Consejo de Ministros de Economía de la UE, Didier Reynders, ha asegurado hoy que creía que Irlanda no podría salir de la actual situación sin la ayuda europea.







