1. Defensa sin presión. Algo que resultaría fundamental. Dejaron metros a los pensadores azulgrana y estos tuvieron tiempo para discurrir y poner el balón donde querían.
2. Fallos tempraneros. Dos goles en quince minutos por errores individuales son un lastre demasiado importante como para obviarlo. A partir de ahí, el partido fue por otros derroteros.
3. Perseguir en vez de ser perseguido. Mou cambió de banda a Di María para que marcara a Alves. El Madrid hizo una defensa de cinco en la que Marcelo estaba descolocado y descolocaba al resto.
4. Inferioridad en la medular. Metido Di María de lateral y Ozil perdido en tierra de nadie, el Madrid se encontró naufragando en la zona ancha. Khedira y Xabi estaban solos ante muchos más.
5. Desconexión. Roto el medio campo, los de arriba quedaron desconectados, sin balones de los que abastecerse y a impulsos de jugadas individuales.
6. Mou no fue Mou. El cuerpo le venía pidiendo meter a Lass para reforzar el medio campo. No lo hizo porque se le iban a echar encima. Renunció a sí mismo y lo pagó. No lo volverá a hacer
7. Higuaín-Benzema. Aunque no lo parezca, ahí se empezó a perder la primera línea de ahogo. La presión del Pipa es de primera, algo para lo que el francés no está capacitado. Piqué jugó a placer.
8. El terreno de batalla. El Madrid eligió mal dónde defenderse. Quiso hacerlo en la medular con gente que no estaba preparada para hacerlo. Adelantó líneas y dejó grandes boquetes atrás.
9. Los alemanes. Les vino grande el choque. Khedira se perdió entre tanta camiseta azulgrana y Ozil se sintió impresionado por el escenario. Como tantas otras veces fuera, Mesut desapareció.
10. Estilo. El Barça lo tiene automatizado todo. El Madrid está en construcción y en ese camino se pierde muchas veces. Eso, ante un equipo inspirado, se paga.







