La inestabilidad en Egipto ha traído consigo un alza del precio del petróleo, con el barril de Brent por encima de los 100 dólares. Este efecto despierta las dudas entre quienes preguntan qué sentido tiene que la crisis política en un país no productor de petróleo -y que de momento no ha cerrado el Canal de Suez- sea el motivo de la escalada del precio del barril Brent, crudo de referencia en Europa y del que gran parte se produce en el mar del Norte.
«El petróleo tiene apoyo entre los 90 y 95 euros el barril», comentan desde XTB
La interrupción del suministro en el Canal de Suez supondría bloquear «alrededor de 2,6 millones de barriles diarios», una parte pequeña pero importante de los 86,6 millones de barriles que se demandan al día en el mundo (cada barril de petróleo tiene unos 159 litros). En cualquier caso, no sería una cantidad significativa que justifique la subida del barril a la que asistimos, y que obedecería a «otros elementos que yo creo que lo van a llevar más arriba».
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Desde Estados Unidos, el especialista Grant Hopkins explica que «hay una correlación indirecta entre las tasas navales y el riesgo político de que se cierre el canal de Suez. Así lo reflejan índices transparentes como el de Lloyd's o el Baltic Dry». Según el experto norteamericano, aproximadamente cuatro dólares del coste del barril de petróleo se deben a motivos especulativos, como una cobertura ante la inflación del dólar. También asegura que una continuación de la tensión en Egipto mantendría los precios por encima de 100 dólares», a pesar de que ve «muy improbable» que se vaya a cerrar el canal de Suez por tratarse de unas aguas estratégicas muy controladas por los norteamericanos.
De igual manera, la economista de IE Business School Gayle Allard asegura que «los mercados ahora mismo se están moviendo por expectativas más que por otra cosa. Piensan que igual puede escasear petróleo y por ello hacen acopio de él». Comenta la californiana que, «desde el punto de vista de consumo, cualquier cosa que pase en Egipto no es importante, aunque lo es más si se tiene en cuenta que hablamos de Oriente Próximo, una región llena de Estados no democráticos y algunos de ellos que son los principales productores del mundo». Egipto, asegura, es el país número 27 del mundo como productor, y el temor no reside en su capacidad productiva sino por el oscuro escenario geopolítico que se cierne sobre el país y la región, variable esta del riesgo político clave a la hora de comprender el comportamiento de los mercados.







