Real Madrid
66
Valencia
58
La noche era de tiros largos, así que había que vestirse de gala por lo que pudiera pasar. Para unos, el Real Madrid, la vuelta entre los grandes quince años después. Para los otros, el triunfo suponía su graduación como equipo de elite. [Narración y estadísticas]
Tal era la importancia del choque, que lo más granado de las dos entidades se dejó caer por la Caja Mágica. Hasta Florentino Pérez, que en estos seis meses no había encontrado la ocasión para conocer la nueva casa de la sección de baloncesto, hizo acto de presencia en el palco, flanqueado por Francisco Camps, presidente de la Generalitat Valenciana y con Jorge Valdano como cicerone. El público pasó por alto la visita del presidente, pero no la de Cristiano Ronaldo, que junto a Granero disfrutó como un aficionado más con la victoria de sus compañeros.
El ambiente dentro y fuera de la Caja Mágica auguraba una de esas noches inolvidables. Una de esas que tanto se han echado en falta por la capital en los últimos años. El pabellón blanco aparecía repleto por primera vez en la temporada, circunstancia que, en lugar de elevar el ánimo a los jugadores madridistas, les cargó de una responsabilidad que no supieron digerir en los primeros compases.
Sin nada que perder, el Power Electronics hizo una puesta en escena mucho mejor. Como había apuntado Pesic, la presión de la Historia estaba en el otro bando y eso se notó. Atenazados por los nervios, los blancos dieron un recital de pérdidas en el primer cuarto. Descabezados, sin una dirección clarividente, Molin buscaba sin éxito la manera de frenar el ataque naranja.
Gran Carlos Suárez
Los males del Madrid se concentraban alrededor de una defensa muy blandita -tardaron casi nueve minutos en hacer la primera falta- que permitía conseguir canastas muy fáciles al Power Electronics. Savanovic fue el que más se benefició de esta circunstancia, liderando un parcial de salida (2-11) que silenció a la Caja Mágica.
El único que mantenía el tipo en los locales era Carlos Suárez. Desaparecido durante toda la serie, el madrileño tomó la responsabilidad en el Madrid y se convirtió en el único quebradero de cabeza para Pesic, que hasta entonces vivía tranquilo en la banda. La única forma que encontraban los valencianos de frenar al "Chimpa" era con faltas, lo que llevó al banquillo a Javtokas demasiado pronto, con lo que eso suponía para la maltrecha fortaleza del Power bajo los aros.
La ventaja visitante llegó a los diez puntos en el segundo cuarto (13-23, min. 12), momento elegido por Tucker para hacer su aparición en el partido. El americano, que ha sido uno de los fichajes más discutidos de esta temporada, más por la sombra de Bullock, que por sus deméritos en la cancha. Este jueves, cuando el equipo más lo necesitaba, la muñeca de Tucker fue tan dulce como lo era la de Bullock. Sus doce puntos en el segundo período permitieron al Real Madrid irse al descanso con opciones de pasar la eliminatoria, lo que, visto lo visto, era más de lo que se podía esperar.
La remontada se concretó nada más volver de los vestuarios, momento en que el electrónico reflejó la primera ventaja madridista, que llegó a ser de siete puntos al final del tercer cuarto (58-51). A partir de ahí, Prigioni tomó el mando, durmió el partido y desató la locura en la grada.
