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Pamplona, especialmente durante el fin de semana, se llena de personas de otras localidades españolas y extranjeras. Hasta el domingo es imposible encontrar una sola habitación en la ciudad y en sus alrededores. Y, aunque a partir del lunes la ocupación no es total, muchos jóvenes pasan la noche, mejor dicho, el día, durmiendo en la calle.
Hay quien duerme en cualquier de los numerosos parques y jardines que abundan en la ciudad. Otros prefieren hacerlo en un banco. Incluso hay quien no aguanta la marcha y se duermen donde les "pilla" el sueño, en la misma acera de piedra.
La mayoría de los visitantes duermen en cuadrilla, pero también los hay que prefieren descansar solos o en pareja.
Y aunque es una imagen que no resulta muy agradable de ver, los ciudadanos y visitantes viven esta situación como algo normal en sanfermines. Es uno de los "daños colaterales" que hay que aguantar por tener una de las mejores y más famosas fiestas del mundo.Incluso alguno mira divertido las distintas posturas que cogen los durmientes.
