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Va mucho en el duelo a la luna. Siempre va mucho, pero esta vez parece que el que más se la juega es el Barça. Muchos puntos de desventaja y sí, es pronto, pero nueve serían demasiado teniendo en cuenta esta Liga bisagra. Ambos han ido derivando hacia el dominio que ya se sabía, y el favorito es más indeterminado que nunca. El Madrid llega algo mejor, pero el recuerdo del Barça invencible es algo que no se olvida. He aquí algunas de las claves del clásico:
Triángulo de presión alto. Por si había alguna duda, Karanka lo dijo ayer: «Jugaremos un 4-3-3» (otra cosa es que tanto él como Mourinho estén jugando al despiste, que no sería de extrañar). Eso significa —y mucho más ante el Barcelona— que repetirá esa línea de tres, probablemente con Khedira, Xabi Alonso y Coentrao (Lass iría al lateral) para morder en las canillas a los azulgrana hasta su línea defensiva.
El estado de Arbeloa. Importante porque si el lateral estuviera bien, Mou podrá dedicar a Lass a barrenar toda la medular azulgrana, y ahí el francés es una locomotora difícil de frenar. Sin embargo, no parece que el lateral vaya a estar al cien por cien, así que las opciones son distintas porque el tercer hombre del medio campo sería Coentrao, por encima de un creador como Ozil o Kaká.
Benzema e Higuaín. La eterna duda. El argentino tiene mejores números que el francés, pero Karim suele jugar los partidos importantes, y parece que el técnico confía más en él que en el Pipita. Los dos juntos no van a salir porque es algo que ya ha confirmado Mou. Parece que el galo tiene un porcentaje de posibilidades algo mayor que el delantero argentino.
El hambre. Esa puede ser la verdadera clave del partido. El Madrid la tiene de forma voraz, no en vano masculla en sus tripas el reinado del Barcelona en los últimos años. Los azulgrana siempre tienen hambre, pero su estómago está más saciado de triunfos que el de los madridistas, y esa pequeña diferencia puede ser fundamental en cuanto a presión, vivacidad y, sobre todo, intensidad a la hora de acorralar al contrario. La presión que se realice en banda va a ser fundamental y este año parece que el Madrid la tiene mucho más ajustada y coordinada que la pasada temporada.
Cristiano Ronaldo.Siempre es vital, pero no acaba de romper contra el Barcelona, quizás acuciado por esa rivalidad con Messi, algo que le tensa en exceso y le priva de realizar su mejor juego. Si por fin se suelta y logra destaparse el Madrid lo tendrá mucho mejor y el Barça mucho peor.
El dibujo del Barça. En la guerra de pizarras, Guardiola juega con los dígitos y los alterna a su antojo. Del 3-4-3 al 4-3-3, pero con una idea innegociable: adueñarse del balón. En San Siro, el Barcelona jugó con defensa de tres, pero parece poco probable que repita planteamiento en el Bernabéu. La duda está en el eje de la zaga, con Piqué, Mascherano y Puyol como candidatos para dos puestos. Alves se antoja fundamental tanto en labores defensivas como en el juego de ataque.
Examen para Guardiola. Desde que está al frente de la nave, el entrenador azulgrana nunca ha afrontado una situación tan exigente como la de hoy. Jamás ha perdido en Chamartín —tres victorias y dos empates—, un historial sin tachones, pero esta noche el clásico vale el doble. Al Barcelona se le ve ahora en la tabla a tres puntos del Real Madrid porque se le han sumado los tres puntos que obtuvo en su duelo adelantado contra el Rayo, pero si el conjunto blanco vence y también lo hace en Sevilla se estiraría hasta los nueve. Guardiola nunca ha estado tan lejos, tiene un examen de nota.
El tren de Villa. El asturiano compite con Alexis, Pedro y Cuenca para acompañar a Cesc —se da por hecho que juega por su notable momento— y a Messi. Es una velada trascendental para Villa, cuestionado en un año sin demasiadas sonrisas. Lleva sólo cinco goles en Liga —tres más en Europa—, pero Guardiola ensalza siempre su trabajo silencioso con sus movimientos y en la presión.
Messi, una tortura. En el Bernabéu nació como falso delantero y desde entonces se ha dado un festín. Es una pesadilla para Íker Casillas, al que le ha marcado trece goles en quince encuentros, y lleva una campaña sensacional. Messi no descansa nunca y sólo se ha perdido un encuentro de Liga de Campeones en lo que va de curso, presentando números impactantes. Lleva 17 tantos en Liga y seis en Europa. En los últimos clásicos ha sido desequilibrante y suyo fue el gol de la victoria azulgrana en la eléctrica vuelta de la Supercopa de España. El Bernabéu le enciende.
El factor Tito Vilanova. El regreso del segundo entrenador al trabajo después de su operación anima a una plantilla muy emocional.






