Pau Gasol anda con un pie fuera de os Lakers. Y no le ayuda que Mark Medina, el bloguero de «The Angeles Times», diga que hay que cambiarlo a toda costa, aunque reconoce que su química con Kobe Bryant es la combinación soñada del equipo. Parece ser que tiene las horas contadas en Los Ángeles, la ciudad que ha sido su casa durante los últimos cinco años.
«Esto es, cada vez más, un negocio», dice el jugador, que se ha hecho a California. Tanto, que al poco de llegar se compró una casa en Redondo Beach, cerca de la playa y a 15 kilómetros del recinto de alto rendimiento de los Lakers, en el suroeste de la ciudad. Cada día, Pau conduce su SUV Porche Carrera durante diez minutos, desde su residencia hasta el Toyota Sports Center, el pabellón donde diariamente entrena el equipo. Si se va, dirá adiós a las cenas en el Bazaar, el restaurante del chef español José Andrés; a las fiestas privadas en casa de Kobe Bryant, íntimos pese a que Silvia López Castro, la novia de Gasol, no se lleva especialmente bien con la mujer de Bryant; y a los encuentros con Antonio Banderas. Dirá adiós, además, a sus paseos por la playa de la mano de Silvia.
Precisamente a la eterna prometida se le acusó, el pasado mes de mayo, de ser la causante del mal juego de Gasol en los play offs. Todo se debió a un perverso rumor: se decía que la joven se había acostado con el jugador Shannon Brown, lo que él mismo negó en su Twitter. Un chisme que fue un escándalo en Los Ángeles, pero que Gasol superó con maestría.
Actor en carrera
«Estoy feliz por seguir aún aquí», asegura Pau, mientras ve cómo su nombre es tarjeta de cambio para el aterrizaje de Dwight Howard, la nueva estrella. Y es que a Gasol le gusta California, quizá por su pasión por la interpretación, que ya saboreó cuando apareció como artista invitado en la serie «CSI Miami». «Ahora mismo no tengo demasiado tiempo para dedicarme a ese tipo de cosas. He hecho anuncios, fotos, programas de
televisión y me encuentro muy cómodo delante de las cámaras. Lo de ser actor está por ver. Es una carrera que requiere dedicación y si algún día surge la oportunidad, tal vez me lo piense porque me gusta», dice.
Pau, pese a todo, aún es una estrella en Los Ángeles. Todos quieren darle la mano y hablarle en cuanto le ven. «Aunque hay unos días mejores que otros, he tenido mucha suerte. En esta ciudad me han recibido calurosamente, con afecto. Reconozco que me sorprendió el recibimiento y me sirvió de motivación. Fue una enorme inyección de ilusión en mi carrera venir a los Lakers», comenta.
Fue una bienvenida con glamour. El actor Jack Nicholson nunca escondió su admiración por el jugador español: «Su llegada a los Lakers cambió la mentalidad de todos los demás jugadores». Pau recibió halagado el cumplido. «Yo ya me fijaba en Jack cuando aún no estaba aquí. Para mí, Jack es un pedazo de actor y le admiro muchísimo, pero hay muchas otras celebridades, muchos actores y actrices que son fans de Los Lakers. Cuando firmé por este equipo ya sabía que me iba a mover en una atmósfera diferente a la que puedes encontrar en otra ciudad», aclara. Sus encuentros con fans incluyen alguna que otra celebridad que le ha parado por la calle, como Jamie Foxx, un auténtico entusiasta.
Ahora que el viento sopla en contra, Pau quisiera no cambiar. Seguir paseando por Redondo Beach mientras multitud de admiradores gritan su nombre. ¿Quién sabe si en Hollywood se encuentra su futuro?










