
Los primeros diez aceites elaborados con el calor del núcleo de la Tierra
La finca Cortijo El Puerto estrena la primera almazara que funciona con energía geotérmica, sacando una decena de monovarietales y tres coupages ecológicos y biodinámicos
La firma Cortijo El Puerto ha estrenado en esta campaña su exclusiva almazara, la primera que funciona con energía geotérmica, es decir, mediante el aprovechamiento del calor y el frío del interior de la tierra.
No obstante, ha sido un comienzo «a medio gas», ya que en esta campaña 2021-2022 sólo se han molturado las aceitunas del olivar de la propia finca, situada en Lora del Río y con una extensión de 120 hectáreas, de las que aproximadamente el 80% está dedicada al olivar en superintensivo, produciendo alrededor de un millón de kilos de aceitunas.
«Hemos querido hacer la puesta a punto de toda la nueva tecnología primero con nuestra propia aceituna, para terminar de engrasar bien la maquinaria y que a partir del mes de octubre de este año, coincidiendo con el arranque de la campaña 2022-2023, podamos abrir nuestra industria a las explotaciones olivareras de los municipios cercanos que estén certificadas en agricultura ecológica y biodinámica», declara Enrique de la Torre Liébana, consejero delegado de Ingeoliva, la empresa que gestiona la finca.

A pesar de que ésta ha sido una cosecha «media-baja» en la finca, debido a la prolongada sequía y el recorte en las dotaciones hídricas, que ha afectado al olivar, Cortijo El Puerto ha lanzado una decena de aceites de nueva cosecha que componen la colección «Granja». Se trata de diez monovarietales de Arbequina, Arbosana, Picual, Koroneiki, Picudo, Hojiblanca, Chiquitita, Oliana, Manzanilla cacereña y Royeta, todos aceites virgen extra procedentes de aceitunas cultivadas en ecológico y certificadas también en agricultura biodinámica (que supone ir un paso más allá de la agricultura ecológica).
A esto se suma la colección «Luna», formado por tres coupages en cuya elaboración se unen distintas variedades de aceitunas, previamente seleccionadas, fusionándose para lograr unos aceites especiales, ya que las aceitunas han sido recolectadas en distintos tiempos de maduración (en verde, en envero y estando madura), siendo también estos aceites de oliva virgen extra ecológicos y biodinámicos.
Se trata de aceites «especiales y poco comunes en España», tanto por su cultivo, ya que los olivos están certificados en agricultura biodinámica por la Oficina de Certificación Demeter España; como por su elaboración. De hecho, han sido molturados en una industria «inteligente y totalmente sostenible», puntualiza Enrique de la Torre.
La almazara
Una de las principales novedades de la almazara es que la climatización proviene de la energía geotérmica, intercambiando el calor y el frío con el suelo, según las necesidades de la época del año, a través de unas conducciones enterradas a cierta profundidad.
«La geotermia tiene muchas ventajas, ya que es la única energía cien por cien renovable, que no genera emisiones y que está disponible bajo el suelo los 365 días del año, de día y de noche, sin viento o sin sol», explica el consejero delegado.
Pero la geotermia no sólo proporcionará la temperatura idónea de las distintas dependencias industriales, sino que «en el propio proceso de elaboración de los aceites la climatización de las batidoras, de las tolvas o la temperatura del agua que se le añade al proceso industrial también procederá de esta fuente renovable», añade Enrique de la Torre, lo que permite «eliminar la caldera del proceso industrial, logrando una fabricación de aceites sin emisiones contaminantes ni humo».

Otra ventaja añadida es que esta fuente energética «también nos proporciona frío, permitiendo refrigerar la batidora y añadir agua fría al proceso industrial, posibilitando elaborar los aceites extraídos en frío, que cada vez son más demandados, ya que se garantiza que todas sus propiedades permanezcan intactas, asegurando un aceite de la máxima calidad», recalca el empresario.
La geotermia no es la única renovable de la que se alimentará el edificio en que se alberga la almazara, pues toda la iluminación procederá de la energía solar fotovoltaica excepto en los dos meses de campaña. A este respecto, el proyecto incluye el reciclado de unas baterías de coches que funcionan como acumuladores para iluminar el edificio cuando no haya sol.
Industria 4.0
Junto a la sostenibilidad, la tecnología es otro de los puntales del edificio de Cortijo El Puerto. Así, la almazara está pensada como una industria 4.0, donde se combinan técnicas avanzadas de producción y operaciones con tecnologías inteligentes.
De hecho, todo el proceso está automatizado y gracias a los sensores incorporados a todo tipo de maquinaria (como en las tolvas de recepción), «puedo empezar a extraer aceite a los grados concretos que deseo, teniendo el control de las temperaturas y los pesos en tiempo real y en cada fase del proceso de elaboración, parámetros que quedarán grabados en un ordenador central, permitiendo al olivarero tener la trazabilidad total de su producto».
Este sistema de trabajar posibilita a Cortijo El Puerto «tener partidas de aceite muy bien clasificadas en bodega», donde en lugar de optar por grandes bidones «hemos preferido tener más depósitos de menor tamaño, lo que nos permite separar por variedades de aceituna, madurez o característica organolépticas», concluye Enrique de la Torre.