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La agresión en la inmobiliaria de Pino Montano la motivó un pirateo informático

La denuncia presentada el pasado lunes por el propietario de la inmobiliaria «Comprar Casa» por la supuesta agresión a un cliente por parte de los dueños y empleados de otra empresa de la competencia

El agredido, al denunciar los hechos. ABC

La denuncia presentada el pasado lunes por el propietario de la inmobiliaria «Comprar Casa» por la supuesta agresión a un cliente por parte de los dueños y empleados de otra empresa de la competencia, «Inmosevilla», se ha convertido en un arma arrojadiza entre ambos negocios. Y es que, ahora, los propietarios de la segunda no sólo niegan las acusaciones del dueño de «Comprar Casa», sino que aseguran que la supuesta agresión fue, en realidad, una pelea mutua entre uno de sus empleados y E.M.G.T., a quien acusan de haberse apoderado de las claves informáticas de la empresa para utilizarlas torticeramente contra «Inmosevilla».

En este sentido, los responsables de la inmobiliaria denunciada aseguran que la supuesta agresión no fue si no una pelea entre uno de sus empleados y E.M.G.T., a quien acusan, según han denunciado ante la Policía, de haber copiado «toda la base de datos» de la inmobiliaria «para posteriormente vendérselos» al propietario de «Comprar Casa».

Lesiones mutuas

Esta acusación habría sido el origen de la pelea entre E.M.G.T. y Marcelino B.L., un empleado de «Inmosevilla» que le pidió explicaciones tras descubrirlo en la oficina de «Comprar Casa». Según esta versión, ambos se enzarzaron en una pelea que produjo lesiones a los dos. De hecho, Marcelino sufre una dislocación del hombro izquierdo y varias contusiones.

Marcelino, a su vez, ha denunciado a E.M.G.T. por el supuesto pirateo informático; denuncia a la que el propietario de «Inmosevilla» ha agregado otra ante el Grupo de Delincuencia Informática de la Policía, en la que apunta a E.G. como implicado en la utilización de su clave profesional para enviar, desde un ordenador que se está investigando, un correo electrónico en el que se pedían a un tal «José Luis» que alterara unos documentos sobre la vida laboral y la nómina de una tercera persona. Según Ismael Lagares, el correo fue remitido deliberadamente al BBVA, donde en ese momento la inmobiliaria tramitaba una operación de venta de un piso. A partir de ese momento, lo que Ismael considera «deliberado error», paralizó la operación.

Según el dueño de «Inmosevilla», alguien, utilizando sus claves informáticas, le está boicoteando la empresa, «y ahora será la Policía la que tendrá que decir quién es».

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