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Una explosión por fuga de gas hiere gravemente a un joven matrimonio en el Polígono Norte

Una joven de 23 años y su esposo, un año mayor que ella, resultaron gravemente heridos ayer tarde como consecuencia de una violenta explosión de gas ocurrida en el piso donde residen junto a sus dos

Familiares de los heridos acceden a la vivienda para recoger enseres básicos para los hijos del matrimonio. DÍAZ JAPÓN

Una joven de 23 años y su esposo, un año mayor que ella, resultaron gravemente heridos ayer tarde como consecuencia de una violenta explosión de gas ocurrida en el piso donde residen junto a sus dos hijos, de tres y un año de edad, que no sufrieron daño alguno gracias a que en el momento de la deflagración se encontraban en otra habitación de la vivienda. La explosión alcanzó de lleno a la joven, que resultó abrasada en un treinta por ciento de su cuerpo, y a su marido, que sufre quemaduras en un veinticinco por ciento de la superficie corporal.

El suceso se produjo alrededor de las cuatro y media de la tarde en el piso quinto letra D del bloque 52-1 de la calle Menéndez Pidal, en el Polígono Norte, donde la potente explosión sorprendió a los vecinos en plena hora de la siesta. «Fue como un trueno que hizo moverse toda la torreta, de arriba abajo», explicaba Mercedes, cuyo piso está situado en la décima y última planta del inmueble.

Alarmada como la mayor parte de las cuarenta familias que habitan el bloque, la joven echó a correr escaleras abajo, sin saber a ciencia cierta qué había ocurrido. Minutos después, su asombro se convirtió en estupor al tropezarse, cinco plantas más abajo, a su vecina Montserrat literalmente achicharrada, tirada en el suelo y pidiendo auxilio a voces. Junto a ella, su marido, Manuel, también quemado, sólo atinaba a preguntar por dos sus niños, que se habían quedado dentro del piso.

Momentos de incertidumbre

«Ella estaba en un grito y sólo atinaba a decirme: «Que me muero, Mercedes, que me muero». Yo quise cogerla, pero se me resbalaba, la piel se le iba y casi me quedaba con ella en las manos. El fuego la había dejado sin ropa y tenía el pelo totalmente quemado, como si fuera plástico», prosigue Mercedes, mientras los vecinos se arremolinan en el rellano de la escalera, aún sin salir del espanto que habían vivido momentos antes. «Cómo habrá sido la explosión que hasta las persianas del piso se han salido de las guías», acertaba a decir otra vecina.

La incertidumbre fue tal que las primeras dotaciones de Policía y de los Bomberos que llegaron a la casa temieron encontrarse personas atrapadas en el piso, ya que las primeras informaciones en las llamadas de alerta hablaban de cinco personas en la vivienda.

Ante la imposibilidad de conocer en primera instancia el origen de la explosión, los vecinos del bloque echaron a correr despavoridos escaleras abajo, lo que generó algunos momentos de tensión a la llegada de la Policía. Más tarde se sabría por boca de los técnicos de bomberos, que la explosión se debió a una bolsa de gas formada a partir de lo que, inicialmente, se piensa que fue una fuga en el calentador de agua.

La deflagración alcanzó de pleno al matrimonio y, según los vecinos, también al perro que convivía con ellos, que resultó asimismo abrasado por el fogonazo. La explosión no estuvo acompañada de incendio, por lo que no fue preciso que los bomberos intervinieran. Montserrat y Manuel fueron evacuados por el Servicio de Emergencias Sanitarias al Hospital Virgen del Rocío, donde entraron estables, conscientes y orientados, según fuentes sanitarias. mientras que de sus dos hijos se hizo cargo una sobrina que reside en el mismo Polígono Norte.

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