No sé por qué le dimos tanto bombo a Animal Collective o Vampire Weekend cuando empezaron si en las Islas Canarias teníamos a Pablo Díaz-Reixa, El Guincho, haciendo maniobras exóticas similares con el pop y la música electrónica.
En «Alegranza», su primer álbum, hay experimentos con samplers, melodías tropicales y loros estrafalarios volando sin control. Pero en «Pop Negro» El Guincho ha preferido darle un enfoque más ochentero, sin olvidar las extravagancias del anterior trabajo.
El Guincho se ha presentado esta vez con «Bombay» (cuidado: es adictiva) y su surrealista videoclip (no menos adictivo). Y si hay justicia (¡ay!) en el panorama musical español, el disco entero tendrá algo más de resonancia que el anterior (que sí se entendió mejor con públicos foráneos).
Si «Alegranza» era un ave exótica con muchos ojos del islote canario con el mismo nombre, «Pop Negro» es un pulpo, un animal marino menos exótico pero cuyos tentáculos, como las canciones, son pegadizos. Y un poco más canalla, más pirata, como el EP también de 2010 «Piratas de Sudamérica», que bucea para buscar los tesoros en playas del otro lado del Atlántico, del Caribe. Con trabajos como estos, se podría abrir el abanico de influencias que, en España, está atascado en los sonidos occidentales anglosajones.