Lo mejor de Carlos Alonso González, Santillana (23-8-52) no era solamente su «disparo» de cabeza, sino el arte de mantenerse en el aire como un resorte. Los italianos del Inter quisieron analizar metafísicamente durante años la causa de esa suspensión sin caída, sin encontrar la razón. «Ha sido el mejor rematador de cabeza, de aquí a Lima».
Lo dice Marcos Alonso (Santander, 1-10-59), que se alimentó de fútbol desde el biberón. Su padre, el irrepetible Marquitos, le hizo amar el balón. Los dos, Santillana y Marcos, protagonizaron dos finales de Copa eternas para el madridismo y para el barcelonismo.
El balance histórico expresa un 3-2 favorable al conjunto catalán. Pero ninguno de los dos clubes olvida el 4-0 que los blancos endosaron a los azulgrana en 1974. Santillana abrió la cuenta. Ni el triunfo del Barcelona por 2-1 en 1983. Marcos definió esa victoria con un cabezazo en el último segundo del encuentro. ABC reunió a los dos ex jugadores en un diálogo de ataque, sin defensas. Pirri era el testigo. Juez, que no parte.
—Marcos: Este señor —Pirri— fue mi ídolo cuando yo era pequeño.
—Santillana: Pepe —Pirri— remataba de cabeza más veces que yo en cada partido. Iba a todos los balones. Ganó conmigo la Copa del 74 frente al Barcelona, en el Calderón. Entonces era la Copa del Generalísimo y la entregaba Franco. Vencimos por 4-0. Entonces, el torneo se disputaba sin extranjeros. Cruyff, Sotil y Netzer no pudieron jugar. Yo conseguí el primer gol, a los cinco minutos. Luego marcaron Rubiñán, Aguilar y Pepe (Pirri).
—ABC: Aquella goleada fue la revancha del 0-5 que el Barcelona, con Cruyff y Sotil, consiguió en la Liga, en el Bernabéu.
—Santillana: Sí. Para nosotros era muy importante ganar la final, porque aquel 0-5 fue como una humillación. Devolvimos el golpe.
—ABC: Quién le iba a decir a Santillana que nueve años después perdería una final ante el Barcelona (2-1) con un cabezazo de Marcos, que no era la mejor virtud de él. (Había que picar el ambiente con un poco de humor).
—Marcos: Bueno, bueno, que también se me daba bien... Ahora, éste con los pies, mejor no hablar... (risas)
—Santillana: ¡Eh! Se me daba mucho mejor de lo que decían...
—ABC: Que se lo digan al Derby County. El golazo que Santillana le marcó en la UEFA, en 1975, con un sombrero por encima del central.
—Santillana: En efecto, aquello se destacó en toda Europa. Y hubo otros muchos goles con los pies, pero la gente te encasilla, siempre recuerda los de cabeza.
—ABC: ¿Cómo fue aquel gol de Marcos que decidió la final de 1983 en el último segundo?
—Marcos: Julio Alberto penetró por la banda izquierda, centró, yo me tiré en plancha, de cabeza, y conseguí el 2-1.
—ABC: Todo el mundo recuerda el partido por los cortes de manga de Schuster, que cinco años después ficharía por el Real Madrid.
—Santillana: Son reacciones, cosas que pasan en un momento dado, pero hay que dejarlo a un lado. En aquella final, Víctor abrió el marcador y yo hice el empate al aprovechar un error de Gerardo en defensa. Y al final llegó el gol en plancha de Marcos.
—Marcos: El ambiente en La Romareda era sensacional. Una final de Copa es lo más bonito del mundo.
—ABC: Miren cómo la cuidan en Inglaterra. Es el gran día, la fiesta del fútbol.
—Santillana: Es que no hay nada como una final de Copa. Envidio a los ingleses, que siempre han hecho que ese partido sea lo más importante. Yo no me puedo quejar. Gané cuatro y perdí dos. Además del 4-0 de 1974, conseguí la de 1975 contra el Atlético (0-0 y triunfo por penaltis), la de 1980 ante el Castilla (6-1) y la de 1982 frente al Sporting (2-1). Perdí la del gol de Marquitos y la de 1979 contra el Valencia de Kempes (0-2).
—Marcos: Yo solo gané la final contra el Madrid. Luego perdí ante el Athletic en 1984 —con el jaleo de Maradona y Goicoechea—, y también perdí ante el Zaragoza (0-1) en 1986.
—ABC: El balance histórico de finales de Copa es de 3-2 a favor del Barcelona. Mestalla celebra la sexta final. Y luego vienen dos duelos en Liga de Campeones. ¿Los azulgrana son favoritos para las dos competiciones?
—Santillana: Yo veo al Real Madrid con posibilidades especialmente en la Copa. A un solo partido, puede ganar la final. Debe explotar los problemas defensivos del Barcelona, dadas sus lesiones. Además, hace mucho tiempo que el Madrid no gana la Copa —desde 1993, 2-0 al Zaragoza— y el club tiene ganas de conseguirla de una vez. La semifinal de la Copa de Europa es otra cosa. A doble partido es más difícil vencer al Barça.... Pero en la Copa sí tiene opciones.
—Marcos: Estos enfrentamientos Barcelona-Real Madrid van a ser más igualados. No hay que pensar en el 5-0 del partido de Liga del Camp Nou. El Barcelona es un poco superior, porque está más hecho. Sus futbolistas llevan mucho tiempo jugando uno al lado del otro y eso es una ventaja. Pero la baja de Abidal y los problemas de Puyol afectan al rendimiento de su defensa y equilibran la situación. El Real Madrid ha hecho un gran equipo, con excelentes jugadores. Ha mejorado mucho. Sin embargo, posee más urgencias que el Barcelona, porque siempre tiene presente el 5-0 del Camp Nou.
Se pusieron a hablar entonces de las diferencias del fútbol de su época con el actual. «Antes te daban unas patadas que eran todas de roja», manifestaba Marquitos. «Hoy es un chollo ser delantero. A la mínima entrada sacan la amarilla. Quien pudiera jugar». Él, que volaba con su velocidad de vértigo. «Acuérdate de entradas como la de Fernández a Amancio», respondía Santillana. «Le rompió el cuádriceps», precisaba Marcos. «Y los arbitrajes, lo caseros que eran, especialmente en Europa. Lo permitían todo», señalaba el mejor cabeceador de la historia. «De aquí a Lima», corroboraba Marcos. «Y después de Lima», bromeaba Pirri.
