Los analistas bajan la cabeza apesadumbrados. Los aficionados levantan el rostro esperanzados. Es la cara y la cruz de un panorama que se ve blanco o negro según cada perspectiva. «The Guardian» lleva todo el día haciendo una encuesta en su web intentando saber lo que piensan los aficionados sobre las posibilidades que tiene el Manchester de ganar hoy. El resultado es claro: un 62,8 por ciento dice que sí y un 37,2 dice que no podrá. Es un resultado optimista que, sin embargo, no comparten muchos de los articulistas que han dejado sus impresiones en los diarios ingleses. Así, por ejemplo, Henry Winter asegura en «The Telegraph» que "se va a enfrentar el mejor equipo inglés contra el mejor equipo del mundo", mientras compara la destreza muscular de Rooney con los dardos elegantes de Lionel Messi, al tiempo que hace hincapié en que la grandez del juego de ambos equipos ilumina un deporte que está enfangado en la oscuridad (sin duda se refiere a los momentos delicados que vive Blatter y su equipo).
Pocos han sido los que se han atrevido a hacer referencia a las acusaciones de teatreros que cayeron sobre los futbolistas barcelonistas. En la víspera un periodista español se lo preguntó a Ferguson, y este contestó con dureza mal disimulada: "No tengo ni idea de lo que me está usted hablando. No he oído nada". En la prensa de hoy solo Sid Lowe en «The Guardian» hace referencia al caso, señalando que Busquets estuvo en el filo de la navaja y que incluso se le preguntó al respecto: "Sergio contestó -dice Lowe-que estaba contento de jugar y luego se extendió el silencio y una mirada acerada". Luego Lowe hace un juego de palabras al titular: Busquets, mejor actor de reparto, sienta las bases", mientras dentro hace referencia a que desde su papel secundario es la base del equipo del Barcelona, aunque su china sobre el actor ya está tirada.
Pero la mayoría de los diarios hablan del juego y de la diferencia de ambos estilos. Por ejemplo, en el mismo «The Guardian» Paul Hayward analiza el juego del Barcelona diciendo que es de "una crueldad fascinante pues mezcla arte y ciencia y añade que Guardiola ha añadido un celo defensivo al juego ofensivo que el equipo ya tenía desde la época de Johan Cruyff. Según Hayward, a los jugadores del Barcelona se les enseña de pequeño a que el campo está repartido en ocho cajas las cuales deben ser ocupadas en todo momento. Así restringe la posesión del rival y recupera el balón con facilidad. "De esa forma -finaliza- hay una especie de asfixia cruel en su arte".
