El Madrid va perfilando su nuevo proyecto para la próxima campaña. No va a hacer muchos cambios, solo retoques y, como ya se dijo en este mismo diario ha tiempo, un fichaje de relumbrón que anime a los madridistas y dé esperanzas ante la temporada azulgrana, que ha vuelto a ser casi arrolladora. Los blancos juegan con una ventaja: los socios han apreciado una notable mejoría en el equipo, ha recortado la distancia que le sacaba el Barcelona y ha conseguido un trofeo, la Copa del Rey, que hace tiempo no se lograba. No es una campaña para tirar cohetes, pero sí para confiar en que los aficionados esperen una temporada en la que no haya que realizar grandes cambios, pero sí apuntalar algunas posiciones.
Mourinho lo tiene muy claro: un hombre por línea y a veces dos, con proliferación de refuerzos en la parte de atrás y en el medio porque el que se quiere para arriba, el Kun Agüero, vale por dos e incluso por tres. En el plan ideado hay una especie de «deja vu» a la primera etapa de Florentino en el club: muchas figuras y en el segundo año abundancia de clase media para apuntalar el fondo del armario, es decir, cantidad y calidad para la primera y segunda línea de suplentes.
Sobre lo ya visto y anunciado, aún puede quedar una plaza más: la sustitución de Lass porque Mou cree que con Khedira se puede quedar corto, aunque podría echar mano de Antiltop en un momento dado.
En la portería Dudek acabó contrato y por ahí el entrenador portugués cree que Adán está preparado para suplir a Casillas en caso de necesidad. En el aspecto del portero y de los defensas, técnico y presidente están de acuerdo: con la cantera es suficiente, si son buenos claro, y Adán lo es. Como lo es también Mateos, un central para suplir la baja de Garay, aunque en ese caso también podrá echar mano de Sergio Ramos, y mucho porque a Mou el sevillano le gusta más de central que de lateral.
El medio campo es la parcela que más preocupa a Mourinho y también al entorno del Madrid, incluidos los socios. Es ahí donde se notan más lagunas y donde se ven más debilidades. La temporada pasada el cuadro técnico del equipo la pasó en un sin vivir por si Xabi Alonso sufría un catarro y el grupo se quedaba sin guía ni faro. El club ha querido poner fin a esa desazón con el fichaje de Sahin, que es clase media alta y casi más que eso. La duda que ahora alberga todo el mundo es sobre las intenciones de Mou: Sahin al lado de Xabi Alonso o como sustituto del mismo. El fútbol, el espectáculo y el Bernabéu desean ardientemente que sea al lado de... pero temen que siendo Mou como es, es decir amarrategui, lo guarde para lesiones, sanciones o molestias que pueda sufrir el de Tolosa, lo que llevaría a Khedira o a algún otro correcaminos a jugar al lado de Xabi Alonso, como ha sucedido buena parte de la temporada pasada. La experiencia dice que el Madrid jugó mejor y más cerca del Barcelona cuando Granero salió al lado de Xabi Alonso, pero incluso el mismo Granero corre peligro de no seguir esta campaña, con amenaza de entrar en algún intercambio más que dudoso.
El fichaje de Altintop se entiende poco o no se entiende. Casi parece un premio al representante de Ozil y Sahin, Reza Fazeli, por lo barato que han salido ambos, sobre todo el primero, cuya rentabilidad este año ha sido excelente. Altintop tiene pocas posibilidades de jugar más allá de diez o quince partidos, pero lo sabe.
Echar el resto
Donde el Madrid va a dar el do de pecho va a ser arriba porque si fructifica el fichaje del Kun, que va a fructificar, el Madrid va a ser doble o triplemente peligroso. El Kun ya es mucho de por sí, y lo ha demostrado en un Atlético donde detrás solo tenía mediocridad y escasez de pasadores.
Aquí va a tener a Di María, Xabi Alonso y Cristiano pero, sobre todo, va a tener a Ozil, un tipo que ve el pase dos décimas de segundo antes que el resto y tres antes que el graderío entero. Y además tendrá recambios de oro puesto que Benzema e Higuaín han respondido mejor que bien. Eso si no sale alguno de los que todavía están. En ese aspecto Kaká tiene más que posibilidades de salir, pero otros como Higuaín tampoco lo tienen claro.







