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El clásico tenía que desvelar los secretos que Mourinho escondía en su fuero interno. Durante cuatro meses ha jugado con dos delanteros y con quince jugadores. Durante veintidós partidos oficiales mantuvo en vilo a Higuaín y a Benzema y utilizó a Lass como lobo de presión sobre la continuidad de Khedira. El duelo contra el máximo rival descubrió sus ideas. Ya se atisbaron en el derbi madrileño. El «nueve» es Karim. Y su medio destructivo preferido es Lass. Anoche sentó a Khedira. El mensaje era claro. Cambios que no fueron suficiente para variar la tónica de los últimos cuatro años. El Madrid volvió a fallar ante el Barcelona. Ni el gol del francés a los veintitrés segundos, el más rápido en la historia de los clásicos, sirvió para revolucionar el orden de establecido.
Benzema le ha ganado la partida a Gonzalo. El argentino disputa también casi todos los encuentros, pero el portugués ha elegido. El «Gato» es el delantero de los grandes enfrentamientos. Su versatilidad para ser rematador y extremo, su capacidad de disparar y de dar pases, le han concedido el «nueve». Higuaín será el artillero inicial en los compromisos de lucha y de contragolpe, como el jugado en El Molinón. Pero el francés formará parte del once cuando el evento requiera de un fútbol ofensivo elaborado, con muchas vertientes para intentar romper a una defensa tan difícil como la azulgrana.
Karim estrenó su titularidad definitiva con un gol nada más empezar. Valdés regaló un balón a Di María y el rebote del disparo de Ozil lo cazó «le Chat» para fusilar el 1-0. Era el octavo tanto del francés en la Liga, el duodécimo de la temporada.
El entrenador ha tomado la decisión que algún día tenía que afrontar. «No siempre habrá dos delanteros titulares, un día elegiré a uno», dijo hace unas semanas. Lo ha hecho.
Huérfano en el ataque
El galo jugó bien mientras su equipo funcionó. El buen juego madridista duró veinticinco minutos. Luego desapareció. Perdió fuelle paulatinamente y Benzema se sintió una isla, solo frente a la retaguardia barcelonista. Únicamente creó peligro cuando Valdés cometía un error detrás de otro. Remontó el conjunto catalán hasta el 1-3 y el rendimiento de Benzema, que tuvo una segunda ocasión en un disparo cruzado, quedó oscurecido por el fracaso del once local. Fue, junto a Lass, el mejor de los hombres de Mourinho, que una vez más no supo frenar el rodillo azulgrana.
Cristiano, desaparecido
El contraste con el fútbol de Karim fue el mal partido de Cristiano. En Liga nunca ha dado su nivel cuando se mide al Barcelona. Estuvo desaparecido en combate. Alves le anuló. El público del Bernabéu era un muro de silencio. La mayoría de sus ídolos no estuvieron a la altura. ¿Complejo? ¿Superioridad? ¿O ambas cosas?







