Poco ruido es el que ha ido haciendo el Osasuna en su escalada hacia la zona noble de la clasificación. Ahí están los rojillos, en una meritoria plaza de Liga Europa cuando se acaba el año 2011. Los aires continentales les vienen a los de Mendilíbar a base de creer siempre, de achuchar, de no bajar los brazos —alguna excepción hay en esta temporada— y de ser fieles al juego directo y de casta al que acostumbran. [Narración y estadísticas]
Fue así como remontaron el partido de ayer ante un Villarreal que sigue en depresión, aunque ayer tuvo alguna fase de lucidez como la jugada combinada —propia del sello castellonense— en la que asistió Cani y remató Marco Ruben mediado el segundo acto.
Suena Michel para relevar a Garrido
La derrota aflige al cuadro de un Juan Carlos Garrido que está a merced de la decisión que de Fernando Roig. Suena Míchel. El técnico valenciano, muy arraigado en el club amarillo, sustituyó hace dos temporadas a Ernesto Valverde cuando la situación del Villarreal era menos preocupante que la actual. Entonces ocupaban la décima plaza; hoy están en el balcón del descenso con los mismo quince puntos que el Sporting que es antepenúltimo.
Equilibrado fue el primer tiempo. Osasuna arrancó con ímpetu. Fiel a su estilo y fue el primero en plantear peligro al portero rival. El Villarreal, por su parte, quiso proponer su juego combinado, aunque le costó más. De hecho creó más situaciones ofensivas claras cuando tiró contragolpes.
Se mantuvo mejor en los primeros minutos el cuadro castellonense, aunque Nekounam quiso despertar a los suyos con un zapatazo que crujió el larquego de Diego López. Encontró oxígeno el Villarreal con un gol de Marco Ruben, pero los rojillos encontraron el empate, obra de Ibra, en una jugada mal defendida. Fue el veterano Sergio quien firmó la remontada con un gol de cabeza.
