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Antonio Eslava descansará en Carmona, a los pies del Cristo del Descendimiento

JOSÉ L. GARCÍASEVILLA. Veinticinco años después de su fallecimiento, ocurrido en su Carmona natal el 18 de diciembre de 1983, los restos mortales del imaginero Antonio Eslava Rubio encontrarán mañana

JOSÉ L. GARCÍA

SEVILLA. Veinticinco años después de su fallecimiento, ocurrido en su Carmona natal el 18 de diciembre de 1983, los restos mortales del imaginero Antonio Eslava Rubio encontrarán mañana descanso definitivo en la capilla de San Francisco, a los pies del Cristo del Descendimiento, su primera obra, realizada en 1943 para la Hermandad de las Angustias, a la que el mismo imaginero perteneció desde su infancia.

Será a las doce y media de la mañana, en el transcurso de una misa solemne, cuando los restos del escultor sean recibidos en la que será su última morada, tras haber permanecido durante un cuarto de siglo en el cementerio de San Teodomiro de Carmona, donde la propia hermandad corrió con los gastos de su entierro, al que apenas asistieron diez personas.

La sepultura del imaginero a los pies de su Cristo se enmarca dentro de las actividades del cuarto centenario de las primeras reglas de la Hermandad de las Angustias y viene a poner el colofón a una serie de iniciativas desarrolladas a lo largo de varios años para mantener vivo el recuerdo de Antonio Eslava, un imaginero que murió solo y en silencio, poco después de ser acogido en el hospital-residencia de la Santa Caridad de Carmona a instancias de la familia de Enrique González, que se hizo cargo de él ante la dramática situación personal y material que atravesaba en su domicilio de San Juan de Aznalfarache.

De su muerte, pese a haber realizado para la Semana Santa de Sevilla obras como la Virgen de los Dolores y Misericordia, de la Hermandad de Jesús Despojado, y la Dolorosa titular de la Hermandad de Santa Cruz, o las manos y los pies del Señor de la Sentencia, sólo dejaron constancia veintinueve líneas sin título aparecidas en ABC de Sevilla el día 3 de enero de 1984, dos semanas después de su fallecimiento, acaecido como consecuencia de un paro cardíaco cuando contaba 74 años de edad, y eso después de que la alerta la dieran dos jóvenes cofrades de Carmona, José Antonio de la Maza y Antonio M. Bermudo.

Una visita frustrada

Fue precisamente el segundo de aquellos dos jóvenes cofrades el que, con el tiempo, acabó convirtiéndose en uno de los principales impulsores de la iniciativa que mañana permitirá que la Hermandad de las Angustias recepcione los restos del imaginero, de quien el propio Antonio Bermudo cuenta cómo, en los meses finales de su vida, tras ser trasladado a la residencia de Carmona, intentó visitar varias veces a su Cristo Descendido, pero la incompatibilidad horaria -la capilla permanecía cerrada- impidió que pudiera hacer realidad su deseo.

La Hermandad de las Angustias espera que actos como el de mañana domingo sirvan para reivindicar de una manera rotunda la memoria de Antonio Eslava, después de que hace cinco años, el Consejo de Hermandades y Cofradías rotulara con su nombre la casa que actualmente se alza en el solar donde estuvo aquélla en la que nació el imaginero, el 16 de mayo de 1909.

Con anterioridad a esa iniciativa, el Ayuntamiento había recogido la sugerencia que Antonio Bermudo hizo en su Pregón de la Semana Santa, y acordó incluir en el nomenclátor los nombres de los imagineros carmonenses Francisco Buiza y Antonio Eslava. La realidad es que, seis años después de aprobarse la propuesta en Pleno, sólo Buiza tiene una calle rotulada con su nombre en su ciudad natal.

Al solemne acto de mañana han anunciado su asistencia numerosas hermandades andaluzas en las que actualmente reciben culto imágenes realizadas por Antonio Eslava.

ABC

Eslava, en 1962, junto a la Virgen de los Dolores y Misericordia

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