Dimite el gerente de la Fundación Jiménez Becerril por desavenencias con el alcalde
José Cobo Molina, gerente de la Fundación Jiménez Becerril desde 2002, ha presentado la dimisión de su cargo por diferencias con el alcalde que es quien preside la mencionada entidad. La dimisión de

José Cobo Molina, gerente de la Fundación Jiménez Becerril desde 2002, ha presentado la dimisión de su cargo por diferencias con el alcalde que es quien preside la mencionada entidad. La dimisión de José Cobo no por esperada ha dejado de sorprender a las personas más cercanas al concejal del PP, Alberto Jiménez Becerril, asesinado junto a su esposa, Ascensión García Ortiz, el 31 de enero de 1998.
ABC se puso ayer en contacto con José Cobo quien confirmó que había presentado su dimisión y que si le necesita, la Fundación podrá contar con él aunque no como director gerente. La carta de renuncia al cargo la redactó hace semanas. De hecho, hace tres, Cobo remitió esa carta a Alfredo Sánchez Monteseirín que hasta ahora no ha contestado a la misiva. Las diferencias entre Sánchez Monteseirín y Cobo no eran nuevas. No en vano, a la mayoría de los ciudadanos no les causó sorpresa que cuando se han convocado en Sevilla concentraciones contra la política de acercamiento del Gobierno de Zapatero y la ETA, la Fundación no haya estado presente.
Fuentes próximas a la misma han asegurado que José Cobo hace tiempo que había expresado su disconformidad con la actitud que el alcalde mantenía con respecto a la manera de funcionar la entidad. Sobre todo, Cobo se ha sentido poco arropado por el alcalde en las decisiones que ha tomado y ese «desdén» le ha ocasionado un cansancio que le ha hecho dimitir de su responsabilidad.
Ese distanciamiento fue también el que provocó que hace aproximadamente un año, Teresa Jiménez Becerril, hermana del capitular asesinado, afirmara que la Fundación ya no tenía nada que ver con Alberto.
De hecho, ningún miembro de su familia ni de la Ascen han presidido jamás la Fundación que se creó a raíz del atentado de la ETA. La propia Teresa Jiménez Becerril, a la que el alcalde le impidió intervenir en uno de los actos con los que se pretendía homenajear al matrimonio asesinado, recordaba en estas mismas páginas que las mayoría de las fundaciones de víctimas del terrorismo están presididas por familiares de los fallecidos. Entre ellas, la excepción es la de Sevilla, que tiene a la cabeza a Sánchez Monteseirín.
Sin embargo, esa presidencia por parte del alcalde no ha llevado implícita un interés especial por su parte hacia los objetivos de la misma. Esa falta de interés queda patente, por ejemplo, en el hecho de aunque entre los patronos de la Fundación se encuentran representantes de los grupos políticos que conforman el Ayuntamiento, a día de hoy, nadie ha sustituido a Jaime Raynaud (PP), Agustín Villar (PA) y Paula Garvín (IU), que en junio del año pasado, tras las elecciones municipales, dejaron de ser concejales. No son los únicos. IU en el Parlamento no ha nombrado al representante que le corresponde y la presidenta del Parlamento, Mar Moreno, ni siquiera ha querido recibir a Cobo cuando éste intentó explicarle que la Fundación había alcanzado un acuerdo para poner en marcha el curso «Juventud y Participación Política». Ese «desdén», también ha sido el que ha terminado por cansar a José Cobo, persona muy activa al que, según fuentes cercanas, «el alcalde no ha sabido dar su sitio».
La familia Jiménez Becerril no tiene queja alguna de la gestión que José Cobo ha desempeñado. Incluso entiende las vicisitudes por las que éste ha debido pasar teniendo en cuenta que el presidente de la Fundación es del PSOE y que esa formación política entabló negociaciones con los terroristas. Precisamente por ello, los familiares de los asesinados se acostumbraron a participar en los actos de repulsa a esas negociaciones sin el apoyo de la Fundación cuyo director gerente asegura que mantiene relaciones muy buenas con otras de España.
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