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La moda vista por ...Los fotógrafos de moda

«Si me fuese dado elegir entre el fárrago de libros publicados cien años después de mi muerte, ¿sabe usted lo que cogería? Sencillamente un periódico de moda, para ver cómo irán vestidas las mujeres

José Luis Navarro cree que la moda refleja muy bien el estado de la sociedad

«Si me fuese dado elegir entre el fárrago de libros publicados cien años después de mi muerte, ¿sabe usted lo que cogería? Sencillamente un periódico de moda, para ver cómo irán vestidas las mujeres un siglo después de haber yo muerto. Y esos trapos me dirán mucho más acerca de la humanidad futura que todos los filósofos, novelistas, sabios y predicadores». Esta sentencia del novelista galo Anatole France resume la relevancia del oficio de fotógrafo, y, en este caso, del que lleva el apellido «de moda».

Cuatro profesionales que ejercen en Sevilla su oficio cuentan cómo ven el mundo de la moda a través de sus objetivos.

Inma Puchal. «Desde pequeña tengo pasión por la moda. A partir de los doce años y con una cámara reflex, empecé a experimentar. De eso hace ya treinta y dos. Para mí, la moda y la cámara fotográfica están unidas, podría haberme dedicado a cualquier cosa relacionada con ella pero el azar decidió que fuera a través de la cámara», dice la fotógrafa sevillana Inma Puchal, al frente en la actualidad de Deinm Estudio. «Si hiciéramos una visión retrospectiva de la moda podríamos hablar de algo más que de tendencias. Los sociólogos podrían decirnos mucho sobre aspectos tan dispares e importantes como económicos, artísticos, culturales, sociales y psicológicos de la sociedad del momento. Como mujer me interesa la moda en la medida en que puede ser un medio de expresión, de embellecimiento, de mostrarme como quiero o en mi caso como profesión». Dice Inma Puchal que en su equipo y en ella recaen la responsabilidad de mostrar la mejor cara del producto en el que ha trabajado mucha gente; de acertar y de que las ventas mejoren, además de que impacte y guste. «Como fotógrafa tengo muchos tótem de la fotografía y cada día descubro nuevos, pero si tengo que elegir me quedo con los españoles Juan Gatti y Manuel Otomuro, al que conozco personalmente. Y si tengo que nombrar a una modelo, sin dudarlo, a Laura Sánchez, una profesional nata que también me gusta como persona».

Paco Alorda. Nacido en Sevilla, de formación autodidacta, Paco Alorda empezó su carrera profesional en 1985. De 1994 a 1996 amplió su formación en Londres donde se especializó en moda, belleza y retratos, trasladándose posteriormente a Sevilla, donde fijó su residencia. Desde entonces desarrolla su labor como fotógrafo trabajando para editoriales y empresas nacionales e internacionales de los sectores de la moda, de la cosmética y de la comunicación, así como con las mejores agencias de publicidad. Desde principios del 2005 cuenta con estudio estable en Madrid y en Sevilla, ciudad donde sigue residiendo actualmente. «La moda es una realidad compleja, como un poliedro con muchas caras: creación, industria, tendencias, espectáculo, dimensión social, etcétera, unidas por un denominador común: el hecho de vestirse. El ser humano necesita trascender todos sus actos y dotarlos de significado. Y en el ámbito de la moda resulta fácil caer en la frivolidad de olvidarse del significado del vestido y de convertir los detalles en baratijas y los gestos en muecas, y así cuando la moda acaba siendo un fin en sí misma llegamos al ridículo mas elemental».

Paco Alorda no entiende el exceso de interés en localizar geográficamente al creador. «No cabe duda que la situación geográfica y sus culturas influyen directamente, pero a la creación no se le pueden poner aduanas, sobre todo en un mundo cada vez más conectado globalmente y culturalmente. O se es bueno o no, y no importa dónde». En cuanto al fotógrafo de moda, Paco Alorda es rotundo: «Sobra sordidez y pretenciosidad y falta talento y creatividad. Además, creo que el afán desmedido de manipulación digital evidencia la falta de preparación y de argumentos creativos. Creo que un buen fotógrafo es aquel que articula inteligentemente su creación moviéndose con soltura en aparentes contradicciones: introspección y observación, sencillez y pasión, reflexión e instantaneidad».

José Luis Navarro. «Nací en Sevilla en 1960.Los inicios en el mundo de la fotografía fueron en nuestra ciudad. Estudié en los pocos sitios que existían en aquella época. Comencé mi andadura profesional en el retrato y colaborando con algunos periódicos. En el 83, atraído por la libertad y la modernidad que prometía el mundo de la fotografía de moda, me trasladé a Madrid y tuve la gran suerte de trabajar y conocer a algunos de los mejores fotógrafos que en aquellos momentos había en nuestro país. Fue increíble. Un momento de explosión creativa enorme en España y yo en el mismo centro. La onda expansiva de este fenómeno que terminó conociéndose como "movida madrileña" alcanzó a todo el país y por supuesto a nuestra ciudad, fue entonces cuando decidí volver a Sevilla e intentar la aventura de dedicarme a la fotografía de moda aquí». Esta es la enjundiosa tarjeta de visita del fotógrafo José Luis Navarro.

Dice que hasta 1993 el 90% de su trabajo era la moda. «A partir de ahí, debido a la crisis del sector que ha seguido aumentando hasta nuestros días, comencé a tocar la fotografía publicitaria. Hoy en día es inviable para un fotógrafo, aquí en Sevilla, desarrollar una plena actividad fotográfica y creativa exclusivamente dentro del ámbito del mundo de la moda. Faltan diseñadores y sobre todo fabricantes. No existe demanda de fotógrafos en este sector; por resumirlo, más bien al contrario. Lo que sí considero muy importante es que la moda re fleja muy bien el estado de la sociedad. La cultura, el nivel económico,ideas, y un sinfín de cosas más». José Luis Navarro es un entusiasta de Helmut Newton, de Alejandro Cabrera y de Javier Vallhonrat. «Éstos últimos hicieron posible que el sueño de un chico de provincias se hiciera realidad».

Martín Okuemotto. Nacido en Córdoba, de madre cordobesa y padre guineano, un jugador de fútbol que recaló en la ciudad de la Mezquita, Martín Okuemotto echó a andar en la fotografía en 1992. Se fue a Madrid a una escuela de vídeo y fotografía, en la especialidad de moda, donde desde el primer día ponían un modelo a su disposición laboral. Ahora, este profesional de la cámara para quien no es tan importante la técnica como el mensaje, trabaja de «free lance» en la revista Surrealista, haciendo carátulas de discos y para clientes de Málaga y Sevilla. «La fotografía de moda es un arte. Me gustan los retratos, pero sobre todo fotografiar a pobres; sí, es chocante que de esta afición pasara a la moda, pero tal vez influyó que de pequeño fui modelo en Galerías Preciados» .

«La fotografía de moda -señala - es un nexo entre el diseñador, la tendencia y el público. En un desfile ves la moda en quince minutos, pero con la foto te va entrando mucho mejor, llegas incluso a comprenderla». No obstante, es crítico con la situación en la que viven los fotógrafos que trabajan en Andalucía. «La fotografía de moda no está reconocida económicamente. Hay mucho intrusismo debido a que la gente, para ahorrarse dinero, recurre a un inexperto. Creo que deberíamos tener una asociación de fotógrafos fuerte donde apoyarnos y evitar así la desunión y el tirarnos piedras contra nuestro tejado». Martín Okuemotto prefiere el color; le gusta la estética del fotógrafo Paolo Roversi y la dirección de modelo de Richard Avedon. «Macarena Portillo, de Doble Erre, me parece una modelo muy buena por lo versátil. No busco tanto la belleza como que la profesional tenga muchos registros. Me gustaría fotografiar, por ejemplo, a Linda Evangelista, la mejor modelo del mundo, no la más guapa».

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