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«Poli» Maza, el hombre que no sabía estarse quieto

POR FERNANDO CARRASCOSEVILLA. Cinco años han transcurrido desde que Leopldo Sainz de la Maza y Falcó, conde de la Maza -Poli Maza para todos los que le conocieron, trataron y gozaron de su amistad- se

POR FERNANDO CARRASCO

SEVILLA. Cinco años han transcurrido desde que Leopldo Sainz de la Maza y Falcó, conde de la Maza -Poli Maza para todos los que le conocieron, trataron y gozaron de su amistad- se fue de este mundo y de su cortijo de Arenales. Pero un lustro después, su memoria sigue viva por tantas y tantas aventuras que emprendió. Es por eso que ayer, un nutrido grupo de amigos que se granjeó en la política, el toro, el campo, el deporte y, en definitiva, en la vida, se reunieron para recordar su memoria.

Y lo hicieron junto a los suyos, esto es, junto a Victoria Ybarra, su viuda; sus siete hijos y sus nietos. Y con ellos, un sinfín de personalidades de distintos ámbitos de la sociedad sevillana y española que quisieron seguir recordando a quien no sabía estarse quieto porque, por encima de todo, Leopoldo Sainz de la Maza, Poli Maza, era un emprendedor, un hombre que siempre innovó en todos los campos en los que se inmiscuyó.

Homenaje multitudinario

Por eso hasta el hotel NH Convenciones de Sevilla acudieron a seguir recordando al conde de la Maza, entre otros, la duquesa de Alba Jaime Ybarra, Fermín Bohórquez, Manuel Morilla, Ramón Vila, Eustasio Cobreros, Eduardo y Antonio Miura, Ignacio Sánchez Ibargüen, Francisco Escobar, Juan Manuel Albendea, Alfonso Guajardo-Fajardo, Jaime Sebastián de Erice, José Murube, José Luis Parada, Carlos Núñez, Felipe Gayoso, Eduardo Canorea, Enrique Moreno de la Cova, Gaspar Saez, Nicolás Alvarez-Domínguez y Emilio Colomé, prueba del amplio espectro social en el que se movió el conde de la Maza. Es por ello que su figura, cinco años después de su muerte, se glosó desde todos los campos en los que se desenvolvió. Así, Fernando Feijoó, impulsor de este homenaje, señaló que fue «una de las personas que hacen cambiar el mundo desde la autenticidad; no tenía ideas prestadas de manual».

El abogado Francisco Baena Bocanegra se preguntó que cómo, en tan corto espacio de tiempo para hablar, «puedo describir su empuje y vitalismo; su amor por los suyos y sacar la grandeza que tenía siempre».

El empresario Carlos Serra destacó la «admiración, el cariño y el respeto» que siempre profesó a Leopoldo de la Maza. «Siempre oí cosas buenas de él de mi padre y mis tíos».

José Guijo, concejal de Morón en la época en la que el conde fue alcalde, recordó «la categoría» que siempre tuvo en todos los temas que trató por y para su pueblo.

Un emocionado y casi sin poder hablar Eduardo Miura lo definió como hombre «rudo, brusco y contundente pero sobre todo, sincero, leal y un gran hombre».

Felipe Luis Maestro fue claro al señalar que sin el empuje y el tesón de este hombre «no hubiese sido posible la realización de la Feria Mundial del Toro, mientras que Juan Bilbao, por parte de Asaja, destacó la faceta campera del conde, señalando que en este ámbito «habría que crear el encaste Poli Maza».

Santiago Gil de Biedma, compañero de polo, fue de la opinión de que como jugador de esta disciplina deportiva «sacaba valor, afición y un sentido del humor ácido pero que reflejaba su humanidad».

En el turno político, Manuel del Valle, primer presidente de la Diputación Provincial de Sevilla, fue claro al señalar que «fue alcalde de Morón en las dos orillas de la transición y siempre tuvo un lema: trabajar por su pueblo y por España desde la enorme lealtad a la Monarquía».

Manuel Morilla, alcalde de Morón de la Frontera -además de apoderado, empresario taurino y ganadero-, se sinceró al señalar que «una de las satisfacciones más grandes que he tenido en mi vida ha sido tener a Poli Maza como norte y guía de muchísimas cosas», a la par que anunció que en esta nueva legislatura como alcalde «voy a proponer que una plaza o una gran calle de Morón lleve el nombre de Leopoldo Sainz de la Maza».

El turno de intervenciones lo cerró la senadora por el PP y ex-alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril, quien dijo que el conde de la Maza, en su época de alcalde, «contribuyó a la Transición», poniendo «todo el coraje y servicio» a disposición de su pueblo. «Fue un buen alcalde porque todo lo que hizo fue para su pueblo. Por eso no le importaba llamar al presidente del Gobierno».

Multitud de anécdotas que se entremezclaron con la emoción de recordar a Poli Maza, el hombre que nunca supo quedarse quieto.

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