La viga en puentes ajenos
TEXTO: M. D. A. FOTOS: ARCHIVOSEVILLA. El derrumbe de la viga del viaducto del Metro sobre la SE-30 ha traído a la memoria otros accidentes durante la construcción de estructuras similares. En ellos
TEXTO: M. D. A. FOTOS: ARCHIVO
SEVILLA. El derrumbe de la viga del viaducto del Metro sobre la SE-30 ha traído a la memoria otros accidentes durante la construcción de estructuras similares. En ellos también se han alegado diversas causas para explicar lo ocurrido.
El viaducto del río Nalón. El pasado 28 de marzo se desplomaba una estructura de acero de gran tonelaje en un puente de los que conformarán la autovía del Cantábrico. En este caso fue un tablero de acero de unos 45 metros de longitud EL que cayó en un valle, sin que hubiera heridos. Los trabajadores realizaban la tarea de empuje de la plataforma sobre el río cuando observaron una deformación del tablero; se detuvo la maniobra y se alejó al personal. Poco después la plataforma se dobló y cayó al valle desde de más de 30 metros. En este caso el desplome sí provocó daños en otros dos tramos de la estructura y un retraso en la obra. Un error en el cálculo de resistencias fue la causa del siniestro.
Desplome mortal en Almuñécar. Fue el 7 de noviembre de 2005. Un crujido anunció la tragedia; una plataforma instalada a 50 metros de altura, de 20 toneladas de peso y 60 metros de largo, se desplomó sobre los trabajadores que construían este tramo de la autovía del Mediterráneo. Causó seis muertos. Transcurridos diez meses del accidente y tras los ensayos realizados a escala real del movimiento de la cimbra, los técnicos apuntan que habrá que esperar aún para conocer lo que sucedió y que, previsiblemente, el desplome se debió a la confluencia de varias causas: un problema de materiales, la realización de unA parada en el proceso o por las características del puente.
En la autopista Eibar-Vitoria. A primeros de 2003, tres bloques de hormigón de este viaducto, situado a 70 metros de altura, se «desgajaron». Cada uno de los bloques pesaba 40 toneladas de peso y quedaron descolgadas del tablero superior. Se apuntó a un error en el hormigón o en los mecanismos de unión de las dovelas y los cables como causa; se aseguró que al terminarse la sometería a las pruebas de carga y resistencia más exigentes.
Y el caso del puente Tacoma Narrows, en Washington (EE.UU). Fue en 1940, poco después de su apertura. Dicen los expertos que la oscilación provocada por el viento, a una velocidad de 698 kilómetros, en consonancia con un fenómeno denominado resonancia (vibraciones resonantes) provocó que al cabo de dos horas el centro del puente se desplomase. Apuntan que este caso enseñó a los ingenieros que el viento, una de las causas esgrimidas en el desplome de la viga del Metro en Sevilla, no sólo causa cargas estáticas sino que también implica acciones dinámicas.
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