Uno de cada tres jóvenes fuma tabaco de liar, la crisis ha conseguido desterrar a las cajetillas de entre los fumadores de menos edad. Un estudio de la Generalitat Catalana, de su Secretaria de Salud, alerta que, pese a lo que se cree, no es más sano ni tiene menos aditivos, al contrario. Contiene un 11% más de aditivos que los cigarrillos convencionales y que penetran más profundamente en el pulmón porque se aspira más fuerte.
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