Un yihadista agarra por el pelo y golpea en la cabeza a un soldado iraquí. Continúa su degradante interrogatorio con el resto de prisioneros. Les obliga a repetir una de las consignas del Estado Islámico de Irak y el Levante. Luego vuelve con el primero, y le presiona el cuello con el cañón de su arma. No es sólo una amenaza para asustarlo. En este otro vídeo, el soldado aparece muerto. Vemos a su verdugo enseñando una identificación y señalando con el dedo el cadáver. Los islamistas radicales añaden estas imágenes a las fotografías de asesinatos masivos mostradas este fin de semana. Ellos mismos presumen de haber aniquilado a mil setecientos hombres. Frente a esa campaña para extender la barbarie, el gobierno iraquí exhibe más bombardeos contra las zonas ocupadas por los extremistas suníes. Y en Bagdad, hoy hemos visto a centenares de jóvenes e incluso a niños, dispuestos a detener con sus armas y sus vidas, la ofensiva.
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