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Higuaín, el mejor depredador del área, regresa al once titular del Real Madrid en busca de conseguir la octava victoria consecutiva de una racha histórica en una entidad que nació en 1902. Es difícil establecer plusmarcas en el club con más leyenda del planeta, pero la plantilla de Mourinho está predestinada a alcanzar el más difícil todavía. Durante siete partidos no ha dejado de marcar un mínimo de tres tantos. Un récord que contrasta con la crisis de su rival de esta noche, una Real Sociedad que únicamente ha sumado un punto de los últimos quince disputados.
Mourinho no se cree nada. "Han reservado a dos hombres clave para jugar contra nosotros", dice el portugués con toda la razón. El técnico siempre está bien informado de todo lo que hacen sus adversarios. Su colega Montanier, en efecto, reservó el jueves, en la derrota frente al Levante, a su creador ofensivo, Xabi Prieto, y a su goleador, Aguirretxe (cuatro dianas) en busca del "milagro del sábado noche". Así definen los seguidores donostiarras su esperanza ante el duelo de hoy.
Los aficionados blanquiaziules pasean ahora mismo por el casco viejo con el orgullo de un equipo modesto que se mide al "equipo más rico del mundo". Ya no disfrutan de los tiempos gloriosos de la era de Arconada, Satrústegui, López Ufarte, "Perico" Alonso y compañía, cuando tuteaban al Barcelona y al Real Madrid hasta ganar la Liga. Hoy, el Madrid es mucho más potente, deportiva y económicamente, que hace tres décadas. La gestión de Florentino Pérez ha perseguido ese nivel internacional de la entidad. A nivel futbolístico, el actual Real Madrid vive repleto de figuras que pivotan alrededor de Xabi Alonso, el hijo de "Perico". Un conjunto que alberga un torrente de fútbol casi imparable si juega a su nivel.
Impedir que pueda hacerlo será la estrategia local. Un sistema de presión y contragolpe que intentará frenar al once madrileño a la espera de que los hombres del portugués no tengan un buen día. La táctica destructiva del Levante es el proyecto pergeñado por Montanier. Hacerlo bien es un objetivo peliagudo. El contrincante, el Madrid, ha encontrado su máximo nivel futbolístico y físico después del fracaso sufrido, precisamente, en cancha del cuadro valenciano. Fue su punto de inflexión.







