Las abacerías siguen abiertas como tiendas de alimentación

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El decreto que regula el estado de alarma ha ordenado el cierre de la mayor parte de los comercios minoristas. Tan solo aquellos que vendan alimentos, bebidas, productos y bienes de primera necesidad, farmacéuticos, médicos, ópticas, ortopédicos, higiénicos, prensa, combustibles, estancos, equipos tecnológicos y de telecomunicaciones, alimentos para animales de compañía, peluquerías, tintorerías y comercio por Internet, telefónico o por correspondencia están exentos a estas restricciones. Las abacerías, por tanto, podrán permanecer abiertas al público, aunque solo mantienen sus servicios como tienda.

Es decir, los clientes tienen la posibilidad de comprar comida no solo en los supermercados o superficies similares, sino que también disponen de la opción que nos plantean este tipo de establecimientos, que a menudo alberga desde la charcutería a la venta de productos de ultramarinos y comida para llevar a casa.

No obstante, está prohibido permanecer en ellos para comer o beber en el mismo establecimiento, al igual que lo está en cualquier bar o restaurante.

Muchos de los propietarios de abacerías han optado por echar el cierre, a pesar de beneficiarse del decreto al estar incluidos en el grupo de comercios que sí pueden seguir ejerciendo sus labores atendiendo a las medidas de prevención extremas que requiere esta situación excepcional. Otros, sin embargo, se han decantado por la apertura, convirtiéndose así en una alternativa para el abastecimiento de la población, que, por otro lado, se insiste desde diferentes organismos y plataformas que está asegurado.

Abiertas en Sevilla

Casa Palacios

GURMÉ ha podido confirmar algunas de las abacerías que no han echado su verja esta semana en la ciudad y que tampoco tienen previsto hacerlo durante los próximos días, aunque hay más. Algunas de estas son Clochard, en Triana; la Antigua Abacería de San Lorenzo, en el casco histórico; las dos del grupo Tierra Nuestra y Keycha, en Nervión.

Bar Keycha, expertos en buen jamón

Esta última, por ejemplo, tendrá un horario ininterrumpido de 8 a 21 horas de lunes a sábados, mientras que estará cerrada los domingos. Tiene charcutería propia y una cocina donde elaboran guisos y otros platos tradicionales.

No lo hizo este lunes, pero Clochard, que llegó a la calle Antillano Campos a finales de 2018 de la mano de un italiano llamado Francesco, a partir de este martes 17 de marzo estará abierto por las mañanas de 12 a 15 horas y por las tardes de 19 a 21 horas. La abacería de la calle Teodosio, conocida por unas elaboraciones que se fundamentan en las recetas más remotas, como la tortilla de lechuga, no cerrará hasta las 15 horas y pone a disposición de sus clientes parte de la carta. Casa Palacios, por último, donde encontramos una amplia variedad de latas de conservas, quesos y chacinas, abrirá con horario de mañana y de tarde, como Tierra Nuestra, especializada en vinos.

Junto a las tradicionales abacerías, hay espacios que dispensan productos artesanos elaborados en la provincia de Sevilla como Tarico (Amor de Dios, 14), donde se pueden encontrar artículos de alimentación procedentes de pequeños productores artesanos de los pueblos de Andalucía.  Tienen desde aceite de oliva virgen extra andaluz a huevos, queso, mieles, chacinas, vinos y dulces típicos. Además, hacen

despachos a domicilio y ventas por internet.

Hosteleros

La hostelería ha sido uno de los sectores más afectados por la compleja situación provocada por el COVID-19, que no ha dejado indiferente a ninguno. La inestabilidad que reinó en un principio provocó paulatinamente la ausencia de turistas en Sevilla y también que muchos paisanos prefiriesen quedarse en casa en vez de salir a la calle a comer o cenar. Finalmente, las medidas expuestas por el presidente del Gobierno el pasado domingo para reducir la propagación del virus les impide por el momento desarrollar su actividad, igual que a otros sectores.

Algunas de las especialidades de Antípodas | Foto: Macarena Torres

Ante estas dificultades, muchos se ven en la obligación de reinventarse para seguir adelante con la empresa. En la Abacería Antípodas, Jesús Villota, su propietario, estudia modificar su modelo de negocio para atender a domicilio o recogida en el local. Él es un ejemplo de lo que está viviendo la mayor parte del pequeño empresario.

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