Una casa de citas por vecina
Pedro Soriano posee una vivienda adosada en el número 27 de la calle Estacada del Pino de Tomares, en la urbanización de Aljamar. Hasta ahí, todo sería normal, de no ser porque a Soriano le ha tocado
Los vecinos afectados muestran las denuncias ante un cartel señalando la casa de citas. A. B. P..
Pedro Soriano posee una vivienda adosada en el número 27 de la calle Estacada del Pino de Tomares, en la urbanización de Aljamar. Hasta ahí, todo sería normal, de no ser porque a Soriano le ha tocado como vecina «una casa de citas» que ha ido perturbando la tranquilidad de su familia poco a poco. Pedro y su mujer, Inés Aranís, empezaron a notar movimientos extraños en septiembre aproximadamente, poco después de que la antigua inquilina de la vivienda se marchara y la alquilara. Aunque su mujer fue la primera que se olió lo que había en la casa contigua, Pedro se mantenía un tanto incrédulo e incluso en varias ocasiones se acercó a pedir que bajaran el volumen de la voz o de la música.
«Pero esto ha ido de mal en peor, porque los requerimientos ya no han sido sólo míos, sino también de la Policía, porque ya tengo unas 12 denuncias puestas. También hubo represalias porque la música la ponen a partir de las diez o las once de la noche, que es cuando empiezan a montar sus fiestecitas, para que nosotros no podamos dormir», explica.
Los problemas, sin embargo, no sólo se reducen, que no es poco, a la desesperación por no poder descansar adecuadamente, con las consecuencias que ello conlleva, sino que se suman las conversaciones que tienen que oír sus hijas de 6 y 8 años. «El patio linda uno con otro y las chicas de la casa de alterne suelen salirse allí cuando cogen el teléfono e intentan captar a los clientes con lo que pueden hacer, lo que no, utilizando palabras obscenas, etcétera. Además, también hay peleas entre ellas y ruidos a cualquier hora del día», añade.
Por ello, explica Pedro que ha restringido a sus propias hijas el uso de determinadas zonas de la casa, precisamente las que lindan pared con pared con la casa de citas, u otra zona como puede ser el patio, que sólo utilizan a no ser que sepan que no hay nadie al otro lado.
Pero anteayer a las cinco de la tarde volvió a escuchar una conversación obscena en el patio y pidió a su mujer que hiciera las maletas de ella y de sus hijas para trasladarlas a La Palma del Condado, con sus abuelos, a pesar de que pierden días de colegio.
Pancarta y concentración
Según explica otra vecina, Ana María Soriano, afectada indirectamente por la situación, días atrás colocaron una pancarta en contra de la actividad que allí se desarrolla y tanto las trabajadoras de la casa como los clientes, empezaron a difamar a los vecinos. Inés confiesa que sale a la calle con miedo y con el teléfono en la mano por si ocurre algo.
Hasta este momento, la actividad ha pasado prácticamente inadvertida y ha guardado una gran discreción, teniendo en cuenta que es uno de los requisitos que ponen muchos clientes.. Sin embargo, en Internet la discreción es mucho mejor, puesto que la actividad se publicita en su página web con todo tipo de detalles, el lugar exacto donde se puede encontrar, un teléfono de contacto e incluso fotografías de las chicas dispuestas a ofrecer el servicio que, según explican los vecinos, es una de las que ha alquilado la vivienda. Además, tienen abierta una sección para las posibles candidatas que quieran trabajar allí.
Pero a partir de este momento tampoco pasará inadvertido para nadie, porque los vecinos se concentraron junto a la vivienda para denunciar lo que está ocurriendo. Hasta el lugar se desplazaron efectivos de la Policía Local y la Guardia Civil, aunque no tuvieron que actuar en ningún momento por el pacifismo del acto.
Pedro e Inés también han trasladado su problema al Ayuntamiento para que les ayude a solucionar esta situación. Aseguran que la respuesta del Consistorio es total. De hecho, fuentes municipales indicaron ayer que «el Ayuntamiento es el primero que está preocupado por la situación que padece una familia del municipio, por lo que quiere garantizar en todo momento el apoyo a sus vecinos, así como su compromiso de seguir trabajando hasta que ser arregle definitivamente el problema de convivencia creado».
Así, confirman que desde el Ayuntamiento se va a estar atento para que en el municipio no se produzca ningún tipo de actividad que atente contra la seguridad de las personas, la salud y la integridad física, tratando el tema con una atención especial teniendo en cuenta que dos de los afectados son menores.
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