La negociación contrarreloj entre el Gobierno y las cajas de ahorros comienza a dar sus frutos. El martes por la noche, el presidente de la CECA, Isidro Fainé, mantuvo una conversación con la vicepresidenta económica, Elena Salgado, recién llegada de Bruselas, que se saldó con avances significativos en torno al Real Decreto del sistema financiero que el Gobierno aprobará mañana.
Los puntos en que Gobierno y cajas están más cerca se refieren a la dependencia de la financiación mayorista, los componentes del capital principal y los plazos de salida a Bolsa. Medidas tendentes a que muchas entidades financieras puedan acogerse a un capital básico del 8% y a facilitar el logro del 10% al resto.
El primero de los puntos en los que se han acercado posiciones se refiere a la exposición al mercado mayorista. Tener una dependencia superior al 20% es castigado con mayores exigencias de capital (el 10%), según la propuesta inicial de Economía. CiU ya condicionó su apoyo a la nueva legislación a que este nivel se elevara al 30%. Ahora, Fainé y Salgado acercan posiciones para flexibilizar esta exigencia sin tener que variar la línea roja del 20%.
Financiación mayorista
Y para ello la fórmula sería ampliar la definición de activos líquidos —la partida que minora el total de financiación mayorista— e incluir bajo este paraguas la totalidad de estos activos que posea la entidad, y no sólo una parte. Los mencionados activos líquidos son, por ejemplo, los que las entidades pueden descontar en el BCE o las cámaras de compensación, y que han facilitado a bancos y cajas el logro de recursos de los mercados en momentos de sequía.
Como ya informó ABC, otro de los puntos en los que el acuerdo está prácticamente cerrado es en la definición de capital principal. Además de los créditos fiscales que el martes anunció la ministra Salgado, también se incluirán las plusvalías latentes derivadas de las carteras de renta fija y variable que estén contabilizadas bajo el epígrafe de disponibles para la venta. Del mismo modo, computarán como capital principal los instrumentos de deuda que vayan a convertirse en acciones antes de 2013 o 2014. Esta edulcoración de la fórmula de «core capital» facilitará que muchas entidades cumplan los requisitos exigidos, incluso aquellas que deban alcanzar el 10%.
Parece claro que septiembre no será la fecha límite para salir a bolsa
En todo caso, hay mucha preocupación tanto en el sector financiero como en el propio Ministerio de Economía por la interpretación que los mercados puedan hacer de estas negociaciones. Temen que se interpreten estos acuerdos como una nueva rectificación del Ejecutivo. De ahí el interés en no modificar las cifras ya anunciadas. Lo cierto es que el Gobierno se aventuró a anunciar una reforma sin contar con los apoyos parlamentarios necesarios, por lo que ahora no tiene otra salida más que la negociación.







