Las consecuencias del anuncio de ayer de los trabajadores de AENA de que solicitan convocar huelga para un total de 22 días desde el mes de abril hasta agosto no se han hecho esperar. Y, a pesar de que el ministro de Fomento, José Blanco, se ha mostrado convencido de que no habrá movilizaciones finalmente y que mañana hay reunión entre dirigentes de la empresa pública y los representantes de los trabajadores, parte del daño puede estar ya hecho.
Esto puede deducirse al menos, si se observan ciertos titulares muy poco favorables a los intereses del sector turístico español en algunos de los principales medios del Reino Unido, el país que más turistas exporta a España junto con Alemania. La friolera de 28 millones de británicos vinieron a nuestro país de vacaciones en avión en 2010.
Ahí tenemos el ejemplo del sensacionalista «The Sun», un periódico con una circulación de 2,9 millones de ejemplares al día y consumido masivamente por la clase media de las islas. Titula este rotativo que «Los británicos se enfrentan a un infierno de huelgas», y destacan las palabras del presidente de la aerolínea low cost Ryanair, Michael O'Leary, quien pide a las autoridades «que detenga el derecho de los trabajadores a la huelga».
«The Independent» dice que los que no hayan reservado aún «evitarán España»
Otro diario muy sensacionalista de los que abundan en la Gran Bretaña, «Daily Mirror», incide también en que «decenas de miles de británicos se enfrentan a un caos de vuelos por los paros anunciados por el personal de tierra».
En «The Independent»hacen un cuestionario de respuestas para los viajeros interesados en saber más sobre qué pasará con sus vuelos. Se destaca que los que no hayan reservado todavía «evitarán España», aunque también se destaca que no quedan tantos destinos a pocas horas de vuelo, por los problemas en el norte de Africa, por lo que sólo quedarían destinos como Chipre o Malta, «que aumentarán mucho sus precios».
En definitiva, estos anuncios de huelga parecen venir en muy mal momento, pues la campaña turística de primavera se presumía muy buena teniendo en cuenta que la inestabilidad política en el Magreb disuadiría a muchos europeos de viajar a sus playas. El sector turístico creció un 1% en 2010 y volvió a compensar con su dinamismo la mala situación de otros sectores.








