Luis Clemente, crítico musical: «En Sevilla no hay grandes conciertos de rock porque la ciudad sufre el «mal del manager»
-Usted partió del estudio del rock para dedicarse casi íntegramente al del flamenco ¿eso ha sido una vía purgativa o se ha debido a una iluminación...?-Lógicamente, ni lo uno ni lo otro. Si lo uno
Luis Clemente, rodeado de libros y discos. FELIPE GUZMÁN
-Usted partió del estudio del rock para dedicarse casi íntegramente al del flamenco ¿eso ha sido una vía purgativa o se ha debido a una iluminación...?
-Lógicamente, ni lo uno ni lo otro. Si lo uno significa desintoxicación, ya me purgué parcialmente con el libro-CD-homenaje «Historia del rock sevillano» y varias biografías. Pero nunca me quito del todo. Y lo de la iluminación... todo lo contrario, ya se sabe que para escribir de flamenco basta tener pocas luces. En realidad fue un jefe de cultura de este su periódico quien me convenció para ejercer de crítico flamenco en momento -1998- de defecto, pero hoy hay exceso de críticos flamencos. En lo que me toca, entono el mea culpa.
-¿Usted es de los que piensa que el auténtico flamenco no se puede escuchar en un teatro?
-No, no soy de esos. Es largo debate, con diferentes perspectivas históricas, donde por encima del medio prima el emisor-receptor.
-¿Qué es el nuevo flamenco?
-Hace veinte años era una expresión publicitaria de un sello discográfico con gusto, después se convirtió en saco sin culo donde entraban muchos disgustos y hoy sirve de cuestión agarradera para periodistas sin recursos.
-¿Y qué es una filigrana?
-Una hebra del duende quebrado. Reuní un mantón de lances heterodoxos en mi primer libro, titulado «Filigranas. Una historia de fusiones flamencas» y relleno de contoneos de flamencos en otras músicas y otros músicos interesados por el flamenco.
-¿Existió realmente un rock andaluz?
-Existió realmente, aunque sea un concepto imaginario, y tuvo su lustro de oro entre 1975 y 1980. Para probarlo está una ristra de valorados discos y recordados conciertos.
-¿Y qué queda hoy de todo aquello?
-Una hornada de criaturas nacidas al calor de aquella música, aquella fantasía que se engarza hoy con otras etiquetas, algunas muy vendedoras.
-¿Por qué Triana se llamó Triana?
-Según Tele, su batería, que fue quien registró el nombre, por lo mismo que Chicago se llamó Chicago. Él fue el único de los tres que echó el cuerpo en Triana, y su fuerte personalidad tenía perfiles trianeros.
-Silvio dijo que el inventor del rock andaluz había sido él, pero tuvo poco que ver en el invento ¿verdad?
-Todo lo que dijo Silvio tenía su dosis de verdad... sin hielo. Es cierto que estuvo en la primera grabación de flamenco-rock, en los sótanos de un hotel de Sevilla, con Smash, Gong y otros músicos y cantaores. Al año siguiente hizo la segunda, en Nueva York, Sabicas con Joe Beck y fue publicada abriendo el género, mientras que la primera se oxidó en el archivo de la compañía como otro fruto del malditismo sevillano. En el último tema de su último disco, Silvio canta flamenco.
-¿Y el productor Ricardo Pachón, fue determinante en todo aquello?
-Parte determinante. Él quiso canalizar el «Rock Gitano», con resultados influyentes.
-Desde Lole y Manuel no ha surgido nada con tanta fuerza, capaz de llegar a ámbitos lejanos.
-Ya se sabe que el pionerismo tiene valores añadidos, que se suponen y acentúan en esta pareja revolucionaria. A recordar su presentación junto a Smash, la actuación de la amanecida en Canet Rock 1975 o su despedida con orquesta en los noventa. Llevó a nuevos públicos un flamenco que tiene como constante, tras el ensimismamiento, ganar terrenos.
-¿Qué significó el disco «La leyenda del Tiempo»?
-Una nueva corriente, significó para el flamenco lo que el «Blonde on Blonde» para el rock. Dylan se unió a la Paul Butterfield Blues Band y a The Band, Camarón a Veneno, Alameda, Dolores...
-¿Camarón fue un genio?
-Sin duda. Así quedó para la historia con inmediata mitificación.
-¿Por qué los aficionados más ortodoxos fueron a la tienda a devolver alguno de sus discos?
-No, los cambiaron por bonos para participar en la creación del mito.
-¿Tiene una definición para «duende» o «pellizco»?
-Varias... Muchas... Ninguna... Los recursos teóricos del duende se agotaron en parte con Lorca y se bifurcan desde la Biblioteca de Babel de Borges y el «satori» de los budistas zen para llegar a la chispa, el clítoris del flamenco... El cantaor conferenciando sobre el duende: Cicciolina intentando ubicar el punto G... Es cierto que hay cantaores de relámpago y otros de luz eléctrica; incluso los hay de fluorescente.
-Pero usted tiene escrito que una música que no suene a negra carecerá de pellizco...
-Nunca he pensado así. Lo dejé escrito, pero en palabras de Manuel Torre, más poéticas y bruscas, menos racistas, surgidas como brote del tronco del faraón.
-¿Por qué en Sevilla no hay nunca grandes conciertos de rock?
-Porque sufre el «mal de manager». El productor de conciertos en Sevilla ha sido siempre «peculiar», contrarrestado por gustos dudosos y condiciones económicas sin abordar.
-¿Y por qué artistas como Van Morrison actúan en Málaga y Granada y no lo hacen en Sevilla?
-Esa pregunta debe trasladarla a los programadores culturales, secuela del citado mal.
-¿Qué le parece que la película «Underground. La ciudad del arco iris» no se haya proyectado en ningún cine comercial de Sevilla?
-Me parece mal. El embudo del mercado es tendencioso ¿Alguien recuerda lo que era un cine «de arte y ensayo»? Y los documentales lo tienen más crudo. Para paliarlo está el DVD -se adjunta al doble CD «Hijos del agobio y del dolor»- y las reposiciones intempestivas de Canal Sur.
s
Ver comentarios