Setas de cemento sostenible
Por PABLO FERRANDLo del premio de arquitectura sostenible -en la categoría «bronce»- que la cementera Holcim otorgó en abril a las setas de la Encarnación, parece que es cierto. Otra cosa es que se
Por PABLO FERRAND
Lo del premio de arquitectura sostenible -en la categoría «bronce»- que la cementera Holcim otorgó en abril a las setas de la Encarnación, parece que es cierto. Otra cosa es que se pueda explicar, de forma convincente, el carácter sostenible de los tres gigantescos pilares de cemento, que en su estado actual son las chimeneas de una central energética. Puede que haya una analogía con el número de piezas que ahora se ven: son tres como tres son los pilares (el medioambiental, el económico y el social) en que descansa la sostenibilidad nacida del maridaje de la ecología y el desarrollo económico. Pero todo evoluciona e incluso, como decían ayer, el concepto de lo sostenible cambia según el país, la zona y las circunstancias. «Lo bueno de la sostenibilidad es que es muy elástica».
El grupo visitaba lo que hasta hace poco se consideraba uno de los mejores yacimientos romanos de Europa. Todos miraban hacia arriba, porque abajo (la historia) ya no hay nada. Ni el arqueólogo. Alrededor del solar ya no se ve un sólo árbol (lo medioambiental) y peligran los de al lado. y los troncos grises de las setas van tapando la vista del templo de la Anunciación, que también es de Hernán Ruiz, hasta desfigurar su entorno protegido.
«¿Por qué estas setas son tan sostenibles si ni siquiera alimentan?» Uno miró el pilar que representa lo social: «Será el gran punto de encuentro de Sevilla». Otro miró al cielo: «Desde lo alto veremos la Giralda». Otro pensó en el verano: «Es una solución climática para esta ciudad». Otro, fijándose en los planos, aseguró: «Lo sostenible es lo que tienen de innovación». Y el quinto, utilizando el sentido común, dijo: «La única sostenibilidad que veo es la arquitectónica, porque estos pilares digo yo que estarán hechos para sostener algo». Visitaba el solar la ganadora del primer premio de arquitectura Holcim, la venezolana Silvia Soonets, por un proyecto verdaderamente sostenible en el poblado de San Rafael-Unido en Caracas.
Y muy cerca atendía a sus clientes el cronista por excelencia de la Encarnación: Francisco Rodríguez Estévez. Ánimo.
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