ABC de Sevilla. Sevilla y mucho más La Feria. Veinte miradas a la fiesta de Sevilla

Entrevistas

Guía de la Feria:

«La Feria es de todos menos de los “metepatas”, sean niñatos o señoritos

MANUEL CONTRERAS

Sánchez Monteseirín pasea por una de las calles del recinto ferial en 2003—En apenas quince días, la ciudad pasa del recogimiento religioso de la Semana Santa al bullicio desatado de la Feria. ¿Cómo se come esto?
—Pues mire, no creo que sean expresiones antagónicas ni contradictorias de nuestra forma de ser. En ambos momentos es Sevilla, Sevilla viviendo, hermosa y profundamente, nuestra manera propia de entender el mundo, nuestra herencia y nuestro gusto por pertenecer a esta ciudad y demostrarlo colectivamente.
—¿Qué ciudad van a encontrarse los visitantes?
—Una ciudad que mantiene viva sus tradiciones y su dimensión humana a la par que, o precisamente por eso, se renueva y avanza firmemente. Se van a encontrar una ciudad con tanto ánimo en la celebración como en la construcción de su futuro.
— ¿Desde qué mes la Feria le empieza a quitar el sueño?
—De la Feria nos ocupamos desde muchos meses antes, desde que termina la anterior, para no tener que preocuparnos a última hora. He de decir que no creo que existan muchas ciudades en el mundo capaces de poner en funcionamiento con eficacia un evento tan complejo como éste: infraestructuras, seguridad, tráfico, licencias, turismo, cultura, caballos, autobuses, asistencia sanitaria, parque de atracciones, limpieza, servicios sociales, aparcamientos... Los mecanismos de coordinación operativa de los que Sevilla ha sabido dotarse son la clave de nuestra organización. Y después de todo este proceso están los sevillanos (Feriantes o no) que son el factor clave para que todo funcione. No se si en otras culturas, con otros ciudadanos, funcionaría igual un acontecimiento festivo como éste.
—¿Qué es la Feria para Sevilla: una juerga colectiva, una tradición inveterada o un excepcional producto de marketing?
— La Feria es la celebración de una liturgia de la amistad, muy ritualizada y a la vez muy natural, como Sevilla es capaz de hacer sus cosas. Y además es auténtica, no se hace para atraer a los visitantes aunque, precisamente por eso, es enormemente atractiva y universalmente reconocida.
—Defienda a la Feria de sus tópicos: Es una fiesta para señoritos…
—No neguemos lo que ha sido la historia: nacida como Feria del ganado, en seguida fue tenida como una fiesta en la que la mayoría veía como se divertían unos pocos. Hoy no es así, afortunadamente. La Feria es vivida por todos los que quieren pasar un buen rato, independientemente de su origen social. Y cada cual cuenta la Feria como le va.
—…Si no tienes caseta no te lo pasas bien…
—No sería yo tan tajante. Se puede y de hecho se disfruta de la Feria sin caseta propia. Es más, conozco a personas sin caseta que se lo pasan de arte en la Feria, y a otras que, incluso con más de una caseta a su disposición, sobrellevan la Feria con más resignación que otra cosa. Pero está claro que disponer de una caseta que uno pueda usar a diario, en la que estar con sus amigos o con su familia, el tiempo que a uno le parezca, facilita mucho el pasarlo bien. Y hacer que eso sea posible para todos los sevillanos que lo deseen es uno de mis objetivos.
—…si no sabes bailar sevillanas, mejor no ir…
—¿Quién ha dicho eso? En la Feria, como en la ciudad todos tienen su sitio, aunque sea «apretujaos»
—…Semana Santa, Feria, Rocío… los sevillanos no trabajamos en primavera.
—Si eso fuera así, no entiendo cómo en Sevilla se han creado 3.654 sociedades en 2003, por qué el 45% de los empresarios prevén aumentar su cifra de negocio en 2004, por qué el desempleo se redujo en un 7'5%, o por qué ha aumentado el empleo en un 9% en la industria aeronáutica o en casi un 6% en actividades de I+D en Sevilla en 2003. Claro que todo esto es mucho más aburrido para los que nos ven desde afuera y sólo nos conocen superficialmente. Pero los sevillanos sí deberíamos hacer campaña de esta otra realidad de Sevilla fuera de nuestra ciudad. Otros no se cansan nunca de hablar de lo eficaces y activos que son, y al final consiguen tener esa imagen.
—La Feria se ha quedado pequeña. ¿Afectará el traslado al Charco de la Pava a su concepción actual?
—El objetivo del traslado no es cambiar el espíritu de la Feria, sino precisamente lo contrario: hacer lo que haga falta para conservarlo y enriquecerlo, para que la Feria sea más Feria y no termine ahogándose en sí misma, congestionada y con las infraestructuras y servicios al límite de su capacidad. Para conservar las esencias, las de verdad, hay que adaptarse a los tiempos.
—Describa cómo será la primera Feria en su futura ubicación.
—Una Feria transitable, cómoda, agradable, accesible, con infraestructuras de primer nivel. Y una Feria donde todos los sevillanos que lo deseen puedan llamar «mi caseta» a alguna de las del real, ya sea una caseta familiar, colectiva, o de alguna asociación o entidad ciudadana.
—¿Es partidario de incluir casetas de dos plantas, como ha sugerido el delegado de Urbanismo?
—No. La idea es que de un grupo empresarial y están llegando otras muchas. Estamos en el momento de pensar y de proponer. Hay que estudiar, desde luego, todas las posibilidades. Y esa ya se dio en El Prado, aunque muchos «integristas» lo son de ayer por la mañana y no lo saben.
—¿Es partidario de establecer limitaciones en el actual recinto hasta que se produzca el traslado, ya sea al acceso de carruajes o al número de caballistas?
—Soy partidario de actuar con sentido común, más que prohibiendo o imponiendo, incentivando una mejor distribución horaria del paseo de caballos. Espero que con eso sea suficiente para evitar el atasco.
—¿Van a incrementarse las medidas de seguridad este año?
—Tengo la convicción, porque así lo he comprobado, de que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado están haciendo y continuarán haciendo un trabajo sobresaliente para que todos (en Sevilla y en cualquier otra parte de España), podamos hacer nuestra vida ciudadana en paz, como merecemos. Eso sí, este año tenemos muchos más efectivos.
—¿La botellona es una amenaza para la Feria?
—No me gusta nada. Pero aquí, como en lo demás, hay que intentar convencer más que imponer. La Feria es de todos, excepto de los «metepata», claro está. Sean «niñatos» o sean «señoritos».
—En sus viajes oficiales, ¿le han preguntado alguna vez por la Feria?
—La cuestión sería si alguna vez han dejado de preguntarme por la Feria. A veces me pesa, porque su brillo oculta otras muchas cosas importantes de la ciudad. Pero es un orgullo, para mí como para cualquier sevillano, comprobar lo universales que son las cosas de Sevilla. Pero no sólo la Feria. Muchas ciudades son conocidas y admiradas en el mundo por algún motivo. Pero pocas son tan admiradas y por tantas razones como Sevilla. Esto nos debe impulsar a trabajar por nuestra ciudad.

VocentoCopyright © ABC Periódico Electrónico S.L.U, Madrid, 2004.
Datos registrales: Inscrita en el Registro Mercantil de Madrid,
Tomo 13.070, Libro 0, Folio 81, Sección 8, Hoja M-211112, Inscripción 1ª
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