ABC de Sevilla. Sevilla y mucho más La Feria. Veinte miradas a la fiesta de Sevilla

Entrevistas

Guía de la Feria:

SANTIAGO HERRERO / PRESIDENTE DE LA CEA

“La Feria de Sevilla sigue siendo un escenario ideal para hacer negocios”

M. J. PEREIRA

Santiago Herreo, durante una corrida de la MaestranzaPara Santiago Herrero, la Feria ofrece muchas oportunidades a los empresarios. «El mayor provecho que puede obtener un sevillano como tal, sea cual sea su actividad profesional o laboral, es vivir la Feria, algo que cada cual lo hace a su manera, pasarlo bien con la familia, los amigos y aprovechar todo aquello que la Feria, en este sentido, nos ofrece. Ahora bien, la propia infraestructura que demanda el crear una ciudad efímera capaz de albergar y atender a cientos de miles de personas, genera una actividad mayor en las empresas relacionadas con este sector de producción y que, obviamente redunda en la creación de puestos de trabajo».

A su juicio, la Feria es una buena carta de presentación, aunque —matiza— la imagen de Sevilla es ya universal de por si. «La globalización, o la que también llamamos aldea global, ha superado fronteras y, gracias a los avances tecnológicos, bien puede decirse que el mundo es un pañuelo. Pero la mejor carta de presentación para todos es la propia imagen que tiene Sevilla y su fama universal».

Esta feria y los negocios están indisolublemente unidos y el presidente de los empresarios recuerda en este sentido que «la Feria, que tiene mucho más que siglo y medio de vida, nació, como todo el mundo sabe, como mercado ganadero en una Sevilla sujeta a los esquemas de su condición de ciudad agraria con muchos recursos y, por supuesto, para hacer negocios. Fue el propio tiempo el que fue transformando, gracias a su éxito desde que se creó, aquel escenario para convertirse en lo que hoy es. Los tiempos han cambiado y aquellos esquemas del ayer han variado notablemente. Pero fiel a sus propios principios, la Feria sigue siendo un escenario ideal para hacer negocios o, al menos, para ser punto de partida».

Añade Herrero que «la Feria, además de todo lo que ofrece en la actualidad, fue siempre un lugar de negocio y tenía un marcado carácter mercantil. Son días, por tanto para el reencuentro con amigos y clientes y es lógico que muchos empresarios también la aprovechen para agasajar a éstos y, si es posible, llegar a acuerdos que puedan terminar en nuevos negocios».

Aunque es de todos conocidos la importancia que la Feria tiene para las empresas, ya que supone una oportunidad para agasajar a sus clientes, Herrero rehúsa pronunciarse sobre los presupuestos que muchas empresas destinan a ello ««Atender a quienes nos visitan a cada uno es algo que en Sevilla se practica desde siempre. Hablar de presupuestos bajo este punto de vista sería como tasar el valor de las amistades, cuando las amistades no tienen precio».

En cuanto a la masificación y su efecto en la imagen de la Feria, declara que siempre se suele abundar en esa idea, aunque él no opina igual. «La Feria siempre es distinta y siempre es igual. Y cada uno la cuenta según le va. La ciudad ha crecido mucho y la masificación es inevitable. Pero Sevilla —dice— sabe vivir en las bullas desde siempre. Es cierto que esta masificación también se produce en el Paseo de caballos y también es más que cierto que Sevilla tiene un sentido de la medida que termina imponiéndose».
Sobre la propuesta de introducir casetas de dos plantas en el real, recuerda que «ya las hubo en otros tiempos y hay muchos documentos gráficos que así lo atestiguan. Nada hay nuevo bajo el sol. Y mucho menos en la Feria». A su juicio, la innovación es posible en esta fiesta «que aunque parece anclada en el tiempo, se ha ido adaptando a cada tiempo que le ha tocado vivir. Pero lo ha sabido hacer como si no lo hiciera para seguir pareciendo siempre la misma aunque sea distinta».

En lo que respecta al traslado del real al Charco de la Pava, Santiago Herrero se remonta a los orígenes de la Feria, «que —señala— comenzó en lo que entonces era el lejido del Prado de San Sebastián y para el ganado se concedieron los pastos gratuitos de Tablada. Andando el tiempo, cuando ya no cabía la Feria tal como ahora es, en el Prado, y de eso han pasado ya más de treinta años, se trasladó al campo de Los Remedios. No fue fácil la decisión pero sí resultó acertada. Y siguió siendo la misma Feria. Ahora existe el proyecto de traslado al Charco de la Pava. La Feria seguirá siendo la Feria donde quiera que esté y será siempre lo que los sevillanos queramos que sea y, como siempre ha sido, adaptándose a los tiempos y las circunstancias».

En su opinión, el concepto de «typical spanish» es despectivo y asociarlo a la Feria es un tópico. La rentabilidad económica de la Feria es motivo de análisis para Santiago Herrero: «Hay una rentabilidad económica y otra no necesariamente económica, que es casi imposible de evaluar, cual es la imagen de Sevilla que se proyecta en el mundo, pero qué duda cabe que en sectores como el turismo, su capacidad de convocatoria es muy alta y, en este aspecto se pueden unir muchos factores que repercutan favorablemente en esa doble rentabilidad».

Cada año, las autoridades ofrecen a los medios de comunicación unas cifras económicas sobre los ingresos turísticos generados por la Feria de Sevilla. El presidente de los empresarios de Andalucía no las pone en cuestión al decir que «están avaladas por datos que sí que pueden ser fácilmente contables y medibles».

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Tomo 13.070, Libro 0, Folio 81, Sección 8, Hoja M-211112, Inscripción 1ª
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