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MANUEL RODRÍGUEZ / DECORADOR DE CASETAS

“La caseta debe ser cuidada como una parte de nuestra casa donde recibir a los amigos”

Manuel Rodríguez se encuentra en su caseta como en su casa. Y no es para menos. Los días previos al comienzo de la Feria de Abril se desplaza al recinto ferial y prepara con mimo la decoración, los exhornos y todos los detalles para que su pequeño rincón de la Feria sea una mezcla de arte, sensibilidad, embrujo sevillano y comodidad.

Este sevillano de nacimiento, corazón y devoción mantiene vivo el recuerdo de lo que eran las casetas hace medio siglo: lugares que trasladaban al real abrileño el ambiente de la parte noble de la casa. Allí se guisaba, se dormía un ratito la siesta y se recibía a los amigos entre cantes y bailes por sevillana. Para ello, se trasladaban a la caseta elementos de decoración de la propia casa. Con el paso del tiempo, muchas casetas han perdido aquel sabor tradicional, aunque también han mejorado mucho en otros aspectos. Sin ir más lejos, hace solo 30 años las casetas tenían un aseo «de pozo negro», es decir un gran agujero excavado en el suelo sobre el que se situaba el W.C. Actualmente, todo el recinto ferial cuenta con redes de alcantarillado, agua, saneamiento, electricidad...

Aunque existen casetas de grandes dimensiones, la mayor parte son de un módulo, con unas dimensiones de 4 metros de ancho por 6 (como mínimo) para la parte noble, donde se reciben las visitas, a la que se suma la trastienda, donde se encuentra la cocina, el comedor y los servicios.

Cada caseta tiene su propio estilo, aunque deben mantener unos parámetros comunes. Para ello, el Ayuntamiento aprobó hace tiempo unas ordenanzas que regulan determinados aspectos de estos recintos efímeros, creados con estructuras de hierros cubiertos por lonas de rayas verdiblancas o rojiblancas. Todos los elementos interiores deben ser igual de efímeros, y de ello da fe la prohibición de colocar suelos o paredes fijas.

En cuanto a la decoración, existen también algunas normas de obligado cumplimiento, como la que impide poner publicidad en la parte noble de la caseta. El resto, depende del buen gusto de cada cual.

Manuel Rodríguez se ha convertido en modelo a seguir en la Feria. No en vano, su caseta, en la calle Chicuelo 14, es la más premiada del recinto, con 23 galardones municipales. En ese sentido, defiende la labor que está desarrollando el Ayuntamiento, «de la mano de Rafael Carretero y su magnífico equipo, así como el del montaje de la Feria», para preservar el sabor tradicional de las casetas. Rodríguez defiende que las casetas sean particulares y no públicas, «ya que de otra forma nadie las cuidaría». Y es que en cada una existe un buen número de socios, que acuden allí con sus familias, amigos y conocidos.

Antiguamente, el montaje comenzaba el viernes anterior al comienzo de la Feria y lo hacían los propios socios. Hoy se ha profesionalizado esta tarea, aunque el domingo sigue siendo una tradición que acuda toda la familia a colocar los exhornos, sobre todo farolillos y flores de papel. Todos ellos se reunirán el lunes por la noche en la «cena del pescaíto frito», que da comienzo a la Feria de Abril.