Entrevistas
Guía de la Feria:
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MATILDE CORAL / BAILAORA
“Las sevillanas hoy se bailan mejor, aunque se ha perdido un poco lo popular”
MARTA CARRASCO
Matilde
Coral está en su casa trianera, cerquita de su Virgen de la Esperanza.
No se mueve de Triana para enseñar porque su escuela está
en la calle Castilla. Más de Triana no se puede ser.
Su estilismo en el baile la han hecho heredera del aire de Pastora Imperio
y creadora de la Escuela Coral, que desdeña gestos inútiles
en el baile como la brusquedad o la falta de armonía.
En su casa de Pureza los recuerdos se distribuyen en las estanterías,
donde luce en un presidencial busto la Medalla de Andalucía que
le otorgó el Gobierno de la Comunidad Autónoma.
Matilde Coral, como nadie, sabe cual ha sido la evolución de las
sevillanas a lo largo de la historia, «creo que hoy se bailan mejor.
Los jóvenes están más preparados, se saben colocar,
sobre todo aquellos que estudian danza, y los que no, tiene mejores «cuerpos»
y esqueletos para bailar. Nuestra juventud ha crecido en centímetros
y eso también redunda en una mejor situación física.
Pero yo creo que, pese a que se bailan mejor, han perdido su carácter
popular».
Pero las sevillanas no están exentas de problemas, sobre todo a
la hora de enseñarlas y de aprenderlas. Pasado el tremendo «boom»
de hace unos años, la enseñanza ha vuelto a su ser aunque
no siempre este baile cae en buenas manos. «Pero eso a veces es
inevitable, lo que ocurre es que hay gente con muchas posibilidades para
bailar que no salen adelante por una mala base. Tener un mal profesor
de baile es como tenerlo de matemáticas: nunca consigues manejar
bien la materias». Para la maestra, las sevillanas es un baile elegante
por excelencia, un baile de «roneo», «a través
del cual se puede demostrar el amor o el odio sólo bailando».
Las sevillanas, sin embargo, pueden bailarse de forma vulgar si se olvida
algo tan fundamental como la colocación inicial de los pies. En
los últimos tiempos varios han sido los vicios que se han impuesto
en la ejecución del baile, tales como la salida con los pies hacia
dentro, los golpes, los falsos giros o el olvido de los careos de la cuarta.
Baile de parejas
Es un baile que siempre se ejecuta en pareja, porque además está
hecho así desde sus orígenes en la seguidilla manchega.
«Siempre dos mujeres, hombre y mujer, y porqué no, dentro
de nada veremos también dos hombres, porque todo en la vida evoluciona»
Y como evoluciona el baile, también ha evolucionado el atuendo,
aunque Matilde Coral se inclina siempre por la sencillez, por los trajes
de flamenca más tradicionales, de los que ella guarda algunas joyas
de su larga carrera artística. «Eran trajes de percal, de
raso y de un algodón que ya ni se hace. Me gustan los trajes de
flamenca con tres volantes, con su mantoncillo, pendientes de coral o
de fantasía y la cabeza bien adornada pero despejado el pelo de
la cara. Hoy hay algunos diseños de trajes que en lugar de a la
Feria parece que van a la verbena de la Paloma y con esas estrecheces
no pueden bailar, no pueden ni moverse».
Sevillanas de Saura
Matilde Coral fue una de las artistas que intervino, como protagonista
y junto a su escuela, en la famosa película «Sevillanas»
de Carlos Saura, donde se recogía, como si fuera un «vademecum»,
las distintas formas de bailar por sevillanas acompañadas a piano,
a tamboril y flauta, a guitarra, con palmas y compás...
«Esa película dejó mucho, tanto por la cantidad de
intérpretes como de estilos para bailar una misma danza. Yo bailaba
con mi marido Rafael el Negro unas sevillanas a piano, pero recuerdo las
que bailaba Lola Flores, que no eran sevillanas coreográficamente
hablando, pero fue un primor de baile».
Y según la maestra, no es cierto que quien baile bien por sevillanas
puede triunfar en el flamenco. «Estrellarse por bulerías
es fácil. Las sevillanas es un baile popular, regional y el flamenco
necesita otros requisitos mucho más exigentes en cuestiones de
compás y sobre todo oído».
Hay en esto de las sevillanas una categoría hoy olvidada y reducida
tan sólo al ámbito académico: las sevillanas boleras.
«Que son tres, y no cuatro como algunos se han inventado. Bailar
sevillanas boleras es dificilísimo porque hay que tener una formación.
Cuando veo bailar esas que llaman algunos, “de los saltitos”,
me pongo enferma. ¡Con lo que cuesta bailar un buen bolero! A las
sevillanas, las que sea, lo que hay que echarles es corazón».
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